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La sardina se pone chula y se cotiza como si fuera San Xoán

e. mouzo, f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

EMILIANO MOUZO

El kilo se subastó ayer en lonja a 6 euros así que en la plaza se venderá a cerca de 10

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Esto parece la víspera de San Xoán», se oía ayer en la lonja de A Coruña, donde la sardina se cotizó como en los días previos a la fiesta del 23 de junio. El precio superó los 85 euros la caja, es decir, 6 por kilo.

El anuncio de la llegada de la especie levantó expectación entre los compradores, tanto exportadores, mayoristas y pescantinas. Sin embargo, fueron muchos los que se echaron atrás cuando escucharon cantar semejantes precios. Ángela Barrán, una pescantina del mercado de San Agustín, compró una caja que espera vender hoy en su puesto. «Tendré que ponerlas a 8 o 9 euros el kilo», avanzó.

Y es que los barcos del cerco no encuentran cardúmenes de sardina desde junio. Ayer los más de setenta barcos que operan desde el puerto de A Coruña, «chegados dende toda a costa galega e, incluso dende Cantabria e o País Vasco», recuerda un patrón de un barco de Malpica, solamente lograron cercar y capturar unas 80 cajas de esta especie, poco más de mil kilos.

Y la situación ya preocupa. Hay patrones del cerco que están comparando esta situación «coa que se viviu hai máis de 25 anos, cando estivemos moitos meses sen encontrar un rabo de sardiña no mar», contó un patrón de un barco de Sada.

La mala situación de la pesquería de sardina no solamente preocupa al sector del cerco, a los exportadores y otros comercializadores de esta especie, sino también al consumidor final.

No tardaron mucho tiempo los exportadores, pescantinas y minoristas en alertar de la escasez y de los altos precios a sus clientes: «¡Temos un problema. Non hai sardiña, e a que está chegando vai a máis de seis euros na lonxa!», le comentaba un mayorista a uno de sus clientes que tenía previsto abastecer a una asociación de las proximidades de A Coruña para celebrar una sardiñada. Los teléfonos no paraban de sonar, pero la contestación era la misma.

«Tenía varios pedidos para que distintas asociaciones, bares e incluso particulares pudiesen celebrar sardiñadas este fin de semana», contó un exportador. Pero parece que comerán churrasco.