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Dos barcos irlandeses, retenidos 24 horas en A Coruña por pesca ilegal de atún

e. mouzo, román lópez REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

EMILIANO MOUZO

Los arrastreros pelágicos solo tenían licencia para bonito y pez espada

27 ago 2016 . Actualizado a las 11:42 h.

Por primera vez en la historia, dos arrastreros pelágicos irlandeses descargaron el jueves por la tarde unos 25.000 kilos de bonito en la lonja de A Coruña. Sin embargo, fueron expedientados y retenidos durante 24 horas en puerto por los inspectores del Ministerio de Agricultura. De hecho, los dos pesqueros, el Sparkling Star y el Eilean Croine, estuvieron amarrados en la dársena de Oza hasta ayer a media tarde.

El problema surgió cuando los dos buques estaban descargando el bonito, capturado en aguas comunitarias utilizando el arte de arrastre pelágico, una especialidad prohibida en España. Nada más atracar, se acercaron a ellos agentes de la Guardia Civil, de la Policía Portuaria y dos inspectores de pesca del ministerio. Estos embarcaron en los barcos y siguieron a pie de cubierta y de nevera la descarga. Su trabajo descubrió que en las bodegas no solo había bonito y pez espada, especies para las que ambos buques están autorizados. Los dos funcionarios también observaron que había atún, y los arrastreros no tenían permitida la captura de esta especie.

En ese momento subieron a los puentes de ambos barcos y le solicitaron la documentación, el libro electrónico, donde tienen que reflejarse las capturas, tanto de las especies como de las cantidades aproximadas de cada una de ellas.

Ambos capitanes tenían solamente registrados los kilos de bonito y pez espada, «y todo estaba perfectamente reflejado», contaron fuentes próximas a la investigación.

Expediente y fianza

Sin embargo, los inspectores del Gobierno de España obligaron a la tripulación a pesar el atún, «y la operación reflejó que había, en medio del bonito y del pez espada, unos 800 kilos», señalaron estas mismas fuentes. Fue entonces cuando le levantaron las correspondientes actas de infracción y retuvieron los buques en el puerto coruñés hasta que pagasen las fianzas correspondiente. Las actuaciones finalizarán seguramente con un juicio y probablemente con la imposición de una sanción.

Desde la empresa consignataria de los barcos, y al mismo tiempo encargada de la subasta de los túnidos, señalaron que tanto los capitanes como las tripulaciones «desconocen las diferencias entre el bonito y el atún, porque casi siempre faenan para capturar otras especies pelágicas, como son el jurel, la xarda...».

De hecho, y una vez que los inspectores detectaron las anomalías en el libro electrónico de pesca, «tuve que enviar a trabajadores de mi empresa para poder separar el bonito del atún. Ellos desconocían totalmente cuál era uno y otro», subrayó este empresario con sede en A Coruña.

Seguirán faenando

Los dos pesqueros zarparon ayer por la tarde tras abonar una fianza cuya cuantía no ha trascendido. Al parecer tienen previsto continuar faenando cerca de la costa gallega, junto a otros arrastreros pelágicos procedentes de Irlanda.

El bonito descargado anteayer fue capturado a unas 50 millas al norte de la Torre de Hércules.

Un arte que destroza las capturas prohibido en España

La tan cacareada política pesquera común no siempre hace honor a su nombre. Los arrastreros españoles tienen prohibido capturar túnidos, pero no los irlandeses y franceses que, además, utilizan para ello un arte de pesca que tampoco está aquí permitido: el arrastre pelágico, que actúa en superficie y a medias aguas, por donde se encuentran los bonitos. El de la flota española es de fondo. «No es el mismo aparejo, para nada», subraya Juan Carlos Corrás, gerente de la organización de armadores de arrastre Pescagalicia, quien quiere dejar bien claras las diferencias entre las distintas flotas.

Torcuato Teixeira, secretario general de la misma asociación, insistió en que «non se poden equiparar as dúas pesquerías, a nosa é máis sostible que a do arrastre peláxico».

El efecto que este último aparejo produce en las capturas es evidente. Muchos de los bonitos descargados anteayer en el puerto de A Coruña llegaban parcialmente mutilados. Su destino principal será la industria conservera.

Entonces, ¿cómo pueden operar esos pesqueros en España? En realidad no lo hacen. Las capturas las realizan en aguas comunitarias, esto es, más allá de las 12 millas. En cambio, el fruto de la faena sí lo pueden descargar en puertos españoles y subastarlo en las lonjas locales.

En España, se dedican al bonito barcos de pesca artesanal en las modalidades de cacea (o curricán) y tanqueo que capturan los ejemplares casi uno a uno, por eso se descargan bien lustrosos y enteros. Su destino es el mercado de fresco.