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Un atunero se prepara en Marín para adoptar la nueva norma Aenor

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

CAPOTILLO

Nodosa adapta el «Jane IV» para que pueda cumplir los estándares de «Atún de Pesca Responsable»

29 jul 2016 . Actualizado a las 13:31 h.

Eliseo Villar, armador de la coruñesa Pesquera Ugavi, lo tiene claro: la creación de la norma Aenor que certifica el «Atún de Pesca Responsable» es una idea excelente para poner en valor la actividad responsable que desarrolla en el mar no solo su empresa, sino la flota atunera cerquera congeladora de capital español en general. Un estándar que, a su juicio, obligará a otras banderas a seguir ese ejemplo.

Ese es el objetivo último que persigue la norma Aenor, publicada el 13 de julio pasado e impulsada por Opagac (Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores): que solo pueda entrar en el mercado comunitario atún de pesca responsable. De momento, se conforman con que sirva para poner en valor su producción y que la gran distribución reconozca ese sello como calidad añadida y así se lo haga saber al consumidor. 

Más allá de la sostenibilidad

Porque la norma Aenor no solo certifica la pesca sostenible, como hacen otros sellos tipo MSC, garantiza que el atún procede de una actividad responsable, un término que engloba el aspecto medioambiental, pero también garantiza que está sometida a un estricto control, que sigue buenas prácticas, cumple las condiciones higiénico sanitarias, los requisitos de seguridad y, sobre todo, mima las condiciones sociales, pues los marineros «trabajan en condiciones muy dignas y son los mejores pagados del mundo», explica Julio Morón, gerente de Opagac. Y con todos esos costes, los atuneros españoles se ven obligados a competir en el lineal del supermercado con el producto que capturan taiwaneses y tailandeses, en los que todavía se habla de esclavitud. Una materia, por cierto, global con precio internacional y que la distribución emplea como reclamo, vendiendo incluso por debajo de coste: «El atún siempre está de oferta y se venden packs de tres latas a 0,99 euros; eso perjudica a todos».

El sector confía en que el sello consiga cambiar las cosas. Villar uno de los que más, pues no ha dudado en subir al panameño Jane IV, la nueva adquisición de Ugavi, al carro en Nodosa y gastarse cinco millones de euros en adaptar el barco para cumplir todos los estándares de calidad. 

Una reforma que no se ha limitado al cambio de motor principal y auxiliares para reducir emisiones y a actualizar maquinarias, sino que ha incluido un cambio profundo de los espacios reservados a la tripulación. Si con la anterior armadora los camarotes daban cabida a seis tripulantes y tenían baño comunitario, del astillero marinense saldrán con habitáculos individuales -para los oficiales- que serán de dos personas para los marineros, con su correspondiente aseo.

Carlos Varela, su patrón, no duda de que la reforma va a facilitarles el trabajo pero, sobre todo, la convivencia. Calcula que en septiembre zarparán para Manta, donde el barco tendrá base. A seguir pescando en el Pacífico oriental para que Ugavi mantenga o aumente esas 30.000 toneladas que ahora produce y que envía a la UE, EE. UU. y mercados locales.