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Mar detecta que hay trueleiros que invaden bateas prohibidas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

Apelan a la responsabilidad de todos para evitar conflictos

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tentativas de embestida, insultos, amenazas, sabotajes... La tensión entre bateeiros y trueleiros está subiendo de grados en la ría de Arousa y los colectivos implicados apelan a un árbitro. Ese colegiado sería la Consellería do Mar, a la que invocó Juan Manuel Rial, patrón mayor de A Illa -única en la que existe el sector del truel- al tiempo que reprochó al director xeral de Pesca, Juan Maneiro, la demora de dos años que acumula su petición de que convoque una reunión entre camaroneros y bateeiros.

Mar ha salido al paso explicando que, precisamente hace dos años, mantuvo tres reuniones con trueleiros, en presencia del patrón mayor de A Illa, y otras dos con bateeiros para analizar el problema. Por tanto «é falso que a consellería non mediase». Ahora bien, para justificar ese vacío de dos ejercicios sin diálogo envía un mensaje críptico: «Quen fai estas acusacións está perfectamente informado das razóns que impediron ata o de agora facer esa reunión conxunta».

Desde la Consellería do Mar explican que de aquellas reuniones surgió el plan experimental para la captura de camarón en batea con truel ahora en vigor. En él se establecen claramente en qué viveros pueden trabajar los profesionales y en cuales no. «Os trueleiros deben respectalo e coñecen perfectamente as bateas autorizadas para desenvolver a súa actividade, posto que aquelas non autorizadas están debidamente identificadas», apuntan desde el departamento que dirige Rosa Quintana.

Un extremo este, el de que los viveros autorizados estén perfectamente identificadas, es algo con lo que discrepa el patrón mayor de A Illa, que pidió que se señalicen bien aquellas bateas que no permiten el acceso de camaroneros para evitar incumplimientos.

Que los hay. «Estanse detectando incumplimentos do plan experimental por parte dalgúns trueleiros», sostiene Mar. Claro que se trata de «uns poucos do total do colectivo, que non respectan a prohibición de traballar nalgunhas bateas nas que están provocando danos». Desde la consellería explican que «hai que ter en conta que a batea é unha propiedade privada que ocupa unha concesión de dominio público e sen autorización do titular non poden traballar nela».

Mar declina el papel de árbitro que le reclaman los profesionales. Entiende que este es un conflicto que afecta a dos partes del sector, no con las normas establecidas, ya que estas «regulan de xeito adecuado a actividade». Por tanto, «apelamos ao diálogo entre eles para solucionar este asunto». No dejan pasar la oportunidad desde el departamento autonómico de resaltar lo curioso que resulta que el patrón mayor de A Illa solicite una reunión conjunta «cando non hai moito tempo fixeron gala da unidade e diálogo do sector», apuntan en velada alusión por la piña que unos y otros hicieron para tumbar la ley de acuicultura.

«Apelamos á responsabilidade de todas as partes para evitar estas actuacións duns poucos que prexudican a moitos», concluye la consellería.