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La sardina sigue remoloneando

Emiliano Mouzo / F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

JOSÉ PARDO

La especie continúa escaseando en las pescaderías ya que, dicen los expertos, rehúye acercarse a la costa porque el agua del mar está aún excesivamente fría

18 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Non sei como vai ser para San Xoán», lamentaba el viernes José Horjales, pescadero de la plaza de abastos de Ferrol. Porque, como ya ocurrió a principios de semana, la sardina sigue escaseando en Galicia. «A xente anda preguntando, claro, pero aínda hai pouca», explicó Horjales, que el viernes vendió la docena a seis euros, muy parecido al de hace unos días. Pero, ojo, que el año pasado llegó a 20 el día de autos, recuerda el pescadero cedeirés.

En A Coruña, el panorama es similar. El medio centenar de cerqueiros, llegados de varios puertos gallegos y de la costa asturiana, que faenan desde la dársena herculina «non lograron nin pescar dez ou quince caixas de sardiña por barco», señaló uno de los subastadores de la lonja de O Muro. El problema es el mal tiempo: «Hai moito mar e moito vento que nos impide chegar aos caladoiros máis importantes e mentres non chegue a sardiña á costa é o que hai», dijeron los patrones. Estos también señalaron que otra de las causas «para non dar coa sardiña é que as augas aínda están moi frías e nesas condicións este tipo de peixe non se acerca».

Esta falta de pescado hizo que las ventas en lonja de sardina gorda, «levaron moi bo prezo, xa que a caixa de catorce kilos alcanzou un prezo de 70 euros, 5 por kilo», señaló el patrón de un barco de Portosín. A medida que fueron pasando las horas, los precios descendieron hasta los 4 y los 3 euros el kilo. Más tarde llegaron otros cerqueiros con la sardina que denominan «medianillo», las que pueden entrar hasta doce y trece en el kilo, «e ese peixe aínda que tiña moi boa presenza», se vendió en el Muro entre los 2,14 y el 1,28 euros el kilo.

El valor alcanzado por la sardina en las subastas tuvo su repercusión en las plazas coruñesas. Así, en los puestos de las pescantinas el precio de la sardina gorda llegó hasta los 10 euros el kilo, frente a los 5 y 6 del pasado martes, «y es que la gente no quiere esperar al día de San Juan para hacer las sardiñadas. Este fin de semana ya muchos bares y particulares se anticiparán a los asados», indicó una pescantina. Pero el valor de la sardina de menos calidad se podía conseguir entre 4 y 8 euros.

En las plazas de abastos de Marín y Pontevedra se vendía medianillo a precios que oscilaban entre los 5 y los 8 euros; el martes, los ejemplares de mejor tamaño andaban a 5. El mismo mercado de As Travesas de Vigo visitado el martes que comercializaba el kilo de sardinas a 4 euros, lo ofrecía el viernes a entre 4 y 7.

A 50 euros la caja

Mientras, la sardina de tamaño grande alcanzó en la lonja de Ribeira 50 euros la caja de 12,5 kilos, por lo que la mayoría de los placeros optaron por no cogerla. El medianillo, lo más abundante, se comercializó a entre 4 y 5 euros el kilo en la plaza y la xouba de Rianxo, que tiene un tamaño bastante grande, a 6. El martes, no se pudieron encontrar sardinas en el mercado de Ribeira, sí en el de A Pobra, a 6 euros.

En las lonjas de Burela y Celeiro sigue entrando sardina, aunque poca y pequeña, y, salvo los lotes de piezas normales, continúa barata. El viernes, en pescaderías de Viveiro, Burela, Foz o Ribadeo, podía comprarse un kilo de entre 18 y 22 piezas a precios que oscilaban entre los 4,5 y los 5,7 euros (el martes, de 4 a 4,8). Un poco más, entre 7 y 9 euros, había que pagar por el kilo de entre ocho y doce sardinas.

Información elaborada con datos aportados por Salvador Serantes, Marcos Gago, Soledad Antón, Ana Gerpe y B. Antón.

Abundancia de escama y barriga llena, sinónimo de pescado autóctono

No es lo mismo la sardina gallega o portuguesa que la llegada de otros mares más allá del Atlántico o del Cantábrico, y la que más intenta competir con nuestra reina de los mares del verano es la del Mediterráneo. Y no es nada difícil descubrir que no nos venden pescado autóctono.

Lo primero en lo que tiene que fijarse el consumidor es en el cartel que obligatoriamente tiene que identificar la especie en todas y cada una de las pescaderías: FAO 27, así se denomina el área de pesca de nuestra costa y su área de influencia. FAO 37 identifica a las capturas logradas en el Mediterráneo.

Pero, además, es bien fácil distinguir nuestra sardina de su competidora. «O noso peixe ten moita máis escama, porque é o abrigo que ten para defenderse das augas frías, algo que non ten o peixe de mares máis cálidos», contó un patrón del cerco. «E, por outra parte, a nosa sardiña brilla moito máis ca chegada de fora», subrayó. Las aguas frías también hacen «que o peixe teña máis graxa, a outra ten carne que parece rachas de madeira».

Otra singularidad es que nuestra sardina «é moito máis grande e redondeada, con barriguiña, sobre todo cando está en sazón, mentras que a do Mediterráneo é máis estreita, máis afiada», indicó este profesional. Esta característica es sinónimo de que el pescado capturado en nuestras aguas «é moito máis carnoso».