Patrocinado porPatrocinado por

Una decena de volanteros de Cedeira y Laxe van al bonito por falta de merluza

f. fernández REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

PEPA LOSADA

Compartirán campaña con los palangreros de Burela fieles al túnido del norte

30 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una decena de volanteros que tradicionalmente se dedican a pescar merluza probarán suerte este año en la costera del bonito del norte, una campaña que arranca ahora y a la que no suelen acudir, salvo que apriete la necesidad, como les ocurre ahora. La rácana cuota de pescada -30 toneladas por barco- para este año ha dejado a dos velas a buena parte de la flota gallega. El principal puerto volantero es Cedeira. Desde allí, la patronal mayor, Lucía Villar, confirma que cinco volanteros tienen previsto zarpar para poner rumbo a las Azores en los próximos días. No participan en la costera desde al menos el 2010, cuando se establecieron los topes de capturas y se vieron obligados a buscar otras pesquerías alternativas para acabar el año.

En Laxe, de momento, son dos los volanteros que se lanzarán a la costera. El patrón mayor de ese puerto, Manuel Villar, explica que el año pasado ya acudieron a la campaña del bonito del norte, aunque no era lo habitual. Pero el agotamiento de la cuota de merluza obliga a buscarse la vida.

Y el cambio no es tan sencillo. La flota no está acostumbrada a la costera y capturar merluza no es lo mismo que pescar bonito. Para empezar porque los volanteros suelen operar a 30 o 40 millas de la costa, mientras que el bonito hay que ir a buscarlo a 500 millas, en una primera etapa. También es preciso realizar cambios en los barcos y las tripulaciones no están especializadas. De hecho, el año pasado, varios volanteros dejaron la pesquería apenas mes y medio después de haber emprendido ruta por el Atlántico. Pero hay que volver a probar suerte.

Los volanteros compartirán campaña con los palangreros de Burela que cada año acuden fieles en búsqueda del preciado bonito del norte, cuya campaña se extiende hasta el otoño.

Miguel Neira, presidente de los armadores de esa localidad costera lucense, avanza que en esta costera participarán entre catorce y quince pesqueros con base en Burela, aunque descargarán cinco veces más barcos para subastar sus capturas en la lonja local.

Alguno ya ha partido rumbo a las Azores, aunque el grueso de la flota lo hará de forma escalonada a partir de la segunda semana de junio, como es tradicional. Neira cruza los dedos para que este año no sea como el pasado. Ocurrió entonces que se desarrolló una «campaña rara». Empezó muy bien, pero a mitad de costera, el bonito desapareció. Los barcos se vieron obligados a realizar rutas más largas en búsqueda de la especie, que se mostró más huidiza que de costumbre. Tanto que algunos barcos tiraron la toalla antes de tiempo y regresaron a puerto.

Una acampada para denunciar

La crisis por la que atraviesa la volanta la denunció hace meses un armador de Cedeira, Ricardo Villar, que decidió llamar la atención sobre los problemas que acucian a la flota acampando frente a San Caetano. Pero todos sigue igual, con una cuota por barco de 30 toneladas de merluza al año que se suele agotar a los cinco meses.