Una disputa por la descarga de jurel obligó a intervenir a la Guardia Civil en A Coruña

La fractura entre los cerqueros es cada vez mayor, como se puso de manifiesto ayer por la mañana en A Coruña donde, según relataron dos integrantes de la agrupación Cerqueiros Galegos, miembros de la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga) les impidieron descargar el jurel porque, según les indicaron, habían decidido rebajar el tope de 600 cajas diarias a 400, hecho del que los profesionales de Cerqueiros Galegos no habían sido notificados.

Uno de los afectados, Óscar Carreño, señaló que se produjeron insultos y amenazas, lo que les obligó a requerir la presencia de la Guardia Civil para poder transportar la mercancía a la lonja para su comercialización.

Las dos embarcaciones a las que se les impedía poner en tierra su mercancía, Nuevo María Javier y Río Novo, tienen base en Portosín. El armador de esta última acusó a los miembros de Acerga de querer intimidar «á flota que non está con eles. Creen que o mar e o peixe é deles». 

Por su parte, Óscar Carreño, del Río Novo, subrayó: «Sentinme ameazado polos representantes de Acerga». Al tiempo que manifestó que trajo 600 cajas de jurel porque era el tope que se había fijado y afirmó: «Levo desde xaneiro sen botar o xurelo aquí. Eu vin legalmente». 

Las dos embarcaciones procedían del País Vasco, donde han estado faenando hasta ahora y ambos afectados aseguraron que Acerga decidió reducir el tope de cajas «cando viron que a flota regresaba a Galicia».

Por su parte, el presidente de Acerga, José Blanco, explicó que «houbo un malentendido». Precisó que la reducción del número de cajas fue acordada por Acerga ante el escaso valor que está alcanzando el pescado y reconoció que, posiblemente, no se notificó de forma adecuada. Sin embargo, indicó que «tamén nós tiñamos xarda no País Vasco e non puidemos vendela. Teñen que adaptarse á maioría».

Desde Mar indicaron que no existe ningún tope de descargas, salvo la cuota de cada barco.

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