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La falta de merluza para la volanta adelanta la costera del bonito

Espe Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

XAVIER LOMBARDERO

Barcos de Cedeira pondrán la semana que viene rumbo a las Azores para pescar túnidos

20 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque ya hay media docena de barcos que han zarpado -de Asturias, del País Vasco e incluso uno de Burela, que partió el jueves-, el grueso de la flota gallega suele iniciar la costera del bonito allá por la segunda semana de junio, después de que los burelenses rindan el domingo honores a la virgen del Carmen, descansen el lunes de la fiesta y dejen pasar el martes -por eso de que no te cases ni te embarques- antes de poner proa a las Azores. Ese ritual cae este año en el calendario allá por el día 7 de junio. Pero para entonces ya habrá zarpado buena parte de la flota, si no de A Mariña, sí de otros puertos de menos tradición bonitera, como Cedeira o Laxe.

Y es que la falta de cuota de merluza para seguir trabajando al oficio al que están acostumbrados obliga a los volanteros a sumarse a la costera del bonito, una campaña en la que muchos no tienen ni tradición, ni pericia, ni tampoco demasiadas ganas. «Pero non queda outra», señala Jesús Domínguez, armador de un merlucero que estuvo un decenio sin cambiar la volanta por las varas para el bonito. Zarpará en diez días. Antes, esta semana que entra, lo harán varios barcos de Cedeira, aunque muy poco esperanzados en el resultado. «Non imos ganar un peso, pero...», aventura Ricardo Villar, patrón y armador de Cedeira.

«Na Xunta dinche: cambiades para o bonito... ¡Como se andar ao mar fose todo igual! Non o é», explica. Primero ya por la distancia. Los volanteros operan a 30 o 40 millas de la costa, mientras que para el bonito, en la primera etapa hay que irse a unas 500 millas.

Cambios en el barco

También hay que hacer cambios en el barco. Precisamente el jueves Villar estaba cambiando los haladores para las 14 líneas que dedicará al bonito. «Foinos tan mal a última vez que temos que probar doutra maneira». Esa última vez fue en el 2010, cuando también se agotó la cuota de merluza en el primer semestre y limitaron el cupo a 200 kilos por barco.

Otro atranco es la falta de cualificación. «Nós imos nove na tripulación. Nun barco como o meu, 5 ou 6 homes que souberan ir ao bonito serían suficientes pero, ¿que fago? ¿Boto fóra aos que levan anos comigo e vou a Burela a buscar outros? Pois non», reflexiona Villar.

Es más, hay en Cedeira armadores que están buscando patrón para llevar al bonito a un barco que siempre fue a la merluza y no lo encuentran.

Con todo en contra, no confían demasiado en esta aventura a la que se ven abocados porque Mar el jueves no dio solución a la falta de cuota. «Dinos que temos que poñermos nós de acordo e buscar cota, que a hai», explica Jesús Domínguez. La hay, pero en barcos de otras comunidades con las que tienen que negociar. Y aunque quedaron emplazados a otra reunión antes de partir hacia las Azores, poco confían en que de ahí salgan resultados.

Así que solo les queda ser de los primeros en dar con un banco de pescado en esa costera del bonito, pues las primeras descargas suelen ser las mejor pagadas. Por eso han zarpado ya barcos. «Salen un pouco á aventura, coa ilusión de poder realizar capturas, tendo en conta que ao principio os prezos son máis altos», señala Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela, puerto bonitero por excelencia que en los últimos años aporta menos unidades a la costera. Eso depende «de como vaian as cousas na pesqueira principal», que para los que van al bonito desde Burela es el palangre de superficie. Pese a todo, confía en que la costera sea buena, «que haxa capturas e os prezos acompañen».