Patrocinado porPatrocinado por

España admite que erró al apoyar el veto al arrastre, pero insiste en que no le afectará

c. p. BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

M.MORALEJO

La conselleira Quintana le reprochó al Consello Regulador de la denominación de orixe protexida (DOP) Mexillón de Galicia que lleven desde el año 2010 sin un reglamento de funcionamiento

28 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La flota gallega sigue sin saber quién está en lo cierto, si la Xunta o el Gobierno central. La prohibición del arrastre en aguas de la UE por debajo de los 800 metros está cerca de ver la luz y todavía no está claro qué impacto puede tener sobre el sector. La Consellería do Mar y el Ministerio de Agricultura no se ponen de acuerdo. «Nós temos os nosos estudos. Non sei se o Ministerio está ou non equivocado. O que sei é que a min todo tipo de limitacións a maiores do que temos hoxe en día me preocupa porque teño unha frota moi importante», aseguró ayer en la feria Seafood de Bruselas la conselleira Rosa Quintana, que calcula que 300 barcos gallegos que faenan en la cornisa cantábrica y Gran Sol podrían verse afectados. Al menos 165 millones de euros y el sustento de centenares de familias estarían en juego. Las cifras son muy precisas, tanto que extraña que el Secretario General de Pesca, Andrés Hermida, se mostrase ayer despreocupado: «La solución es asumible para España. Podemos tener 400 o 500 barcos susceptibles de pescar en aguas profundas, pero en realidad no lo hacen», trató de justificarse. Aunque con la boca pequeña, el Gobierno admite que fue un error no plantar batalla para evitar la prohibición: «Es cierto que lo mejor sería no prohibirlo, porque no tiene sentido», aseguró Hermida, que lamenta la falta de apoyo de los socios europeos en el Consejo: «Nos quedamos solos defendiendo que se hiciese hasta allí donde hubiese huella pesquera». 

Protección del mejillón

Los dardos de Quintana también tuvieron como diana al Consello Regulador de la denominación de orixe protexida (DOP) Mexillón de Galicia. Aunque la conselleira negó tener ningún conflicto abierto con el organismo, le reprochó que lleven desde el año 2010 sin un reglamento de funcionamiento: «É un pouco duro. O único que pido é que todos se senten a dialogar. Os que teñen que entenderse son eles. Eu non podo obrigar a ninguén a participar nunha denominación de orixe», aseguró antes de deslizar una crítica encubierta: «É o único consello regulador en Galicia onde a maioría dos produtores están fóra do seu ámbito. Algo pasará...»