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Galicia aumenta la extracción de erizo mientras Asturias va agotando el recurso

Juan CArlos Martínez REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS CREO

Casi todo el marisco que se consume en el Principado llega de las costas gallegas

21 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La temporada del erizo de mar está en pleno auge; llegará a la cumbre a principios de marzo, cuando en el principal mercado de este marisco, Asturias, se organizan las fiestas gastronómicas dedicadas al equinodermo. Pero en el Principado han saltado las alarmas por la escasez del recurso en sus costas. Aparte de lo que compran directamente algunos mayoristas, este pasado mes de enero las lonjas asturianas comercializaron 1.281 kilos. En enero del 2015 habían sido 3.786, y en el mismo mes del 2014, 3.815, de forma que el bajón es considerable. Mientras, los precios repuntan, y mucho: de los 4,96 euros el kilo de hace dos años a los 6,22 de hace un mes.

Los consumidores del oricio, como allí le llaman, están tranquilos porque saben que no les va a faltar. Desde hace años, cerca del 90 % del erizo que se consume en Asturias procede de Galicia, que aumenta la producción casi en la misma proporción en que desciende la asturiana. En enero del 2014 las rulas gallegas distribuyeron 39.600 kilos de este producto; en enero pasado se superaron los 44.500 kilos. La producción anual oscila en torno a las 700 toneladas.

El equinodermo es tan apreciado en la comunidad vecina que hasta cuenta con un lobby, la Cofradía del Oriciu de Gijón. Su presidente, Alberto Fernández Hortal, reconoce que cada vez hay menos cantidad en sus costas, y además «han entrado en el mercado compradores franceses, que lo pagan mejor que nosotros». «En Asturias -dice- evidentemente queda menos, y lo que comemos aquí el 90 % viene de Galicia. Sabemos que ahí llevan un control bastante bueno de cupos, de vedas, de precios para los mayoristas, etcétera. Lo he visto personalmente en la cofradía de Lira y funciona. Aquí no hay cupo, entonces luchamos por mejorar el control. Hemos propuesto una veda de un año para que se recupere, y creo que sería conveniente ese sacrificio. Es que somos depredadores por naturaleza».

Los centros de experimentación marina tanto de Castropol como de Ribadeo están cultivándolo y haciendo siembras, el gallego en A Mariña y el astur en la zona de Luarca y todo el occidente, pero la sobreexplotación ha sido intensa y de momento el recurso no se recupera.

Sin campaña regulada

Aun así, tampoco hay preocupación en la sidrería El Globo, de Gijón, uno de los establecimientos emblemáticos en la preparación del espinoso manjar. Su propietario, Armando Rodríguez, asegura: «Estamos trabajando muy bien este año; la temporada empieza el 1 de noviembre y termina el 30 de abril, y de momento, ningún problema». Pero reconoce que la producción propia no está suficientemente regulada. «La diferencia en Asturias es que aquí no hay regulación de campaña; aquí lo pueden extraer los pescadores deportivos y entre el límite de cinco kilos por persona y la escasez, que obliga a ir a más profundidad, a los buzos profesionales ya no les compensa».

El Globo llega a vender 16.000 kilos en esa temporada, «despachándolos continuamente y sin escaseces». ¿Será alguna vez competencia el consumidor gallego? Rodríguez cree que sí. «No acaban ustedes de apreciarlo en todo lo que es. Julio Camba, gallego de Arousa, hace una descripción perfecta de lo que es el oricio: un extracto de mar, un hálito de borrascas. En La casa de Lúculo dice que, después de tomarse unas docenas, una fina langosta le sabrá a uno a galápago y las mejores almejas, a neumático».

El próximo 21 de marzo (fecha aún sin confirmar), San Cibrao celebrará su festival del ourizo, que ya alcanza la vigésimo quinta edición. Cada vez más gallegos se convencen allí de lo acertado que estaba el escritor vilanovés.