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Los bateeiros consideran innegociable la retirada de la Lei de Acuicultura

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA FERREIROS

La Comisión do Mexillón unirá fuerzas con las cofradías ante futuras movilizaciones

23 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El auditorio de Vilagarcía, con capacidad para más de 700 personas, volvió a quedarse pequeño ayer para acoger una nueva asamblea general del sector mejillonero gallego. Había sido convocada por la Comisión do Mexillón, el grupo sobre el que ha recaído la misión de evitar que el anteproyecto de la Lei de Acuicultura elaborado por la Xunta acabe expulsando del mar a los bateeiros. Tras dos encuentros con la Administración, y tras iniciar un infructuoso y tedioso proceso de negociación alegación a alegación, ayer se convocó una asamblea con la que se pretendía dejar claro un mensaje: a los bateeiros gallegos no les sirve ni un solo artículo del texto, y por eso reclaman su retirada inmediata.

Buena parte de los asistentes a la asamblea llegaron a ella convencidos de que el anteproyecto presentado por Mar «hai que botalo abaixo». Pero tras la intervención de Miguel Piñeiro, uno de los juristas que estudiaron el texto para el sector, el rechazo creció enteros. La ley, dijo este experto, está mal estructurada, es compleja, farragosa, y amenaza con sumir a los bateeiros en un laberinto burocrático que «lles vai deixar pouco tempo para ir á batea». Además, asuntos cruciales, como la autorización del cultivo de peces en el interior de las rías, quedan pendientes de reglamentos posteriores cuyo contenido nadie puede garantizar.

«O noso futuro non pode depender de promesas», dijo uno de los mejilloneros que, desde el patio de butacas, abrió las intervenciones del público. Estas fueron contundentes. Hubo quien abogó por romper relaciones con la Consellería do Mar. «Cando vos chamen para negociar, dicídelle que non, que non hai nada que falar, que retiren a lei», apuntó una voz. «Han intentado colarnos una ley que no sirve. Con gente así no se puede dialogar. A una Administración así no podemos dejarle ni campo para correr», terció otra voz. Y hubo quien, desde la mesa, alentó la convocatoria de una gran manifestación en Santiago. Una demostración de fuerza que tumbe de una vez un anteproyecto que ha suscitado una gran preocupación entre todos los sectores del mar.

Pero parece que aún no ha llegado la hora de las protestas en la calle. La Comisión do Mexillón apostó ayer por trasladar a la Xunta su rechazo total y absoluto a la ley, y por volver a pedir su retirada inmediata. También se decidió entablar contactos con el resto de colectivos afectados por los planes de Mar, siguiendo la senda ya iniciada en la ría de Arousa por bateeiros y cofradías. El objetivo es crear un gran frente común de oposición a esa normativa. A partir de ahí, y si la Xunta no desiste de sus planes, llegará la hora de iniciar las movilizaciones. «E teñen que saber que imos chegar ata onde faga falla», argumentaron ayer los representantes del sector. Mientras tanto, seguirán las asambleas.