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Galicia abre la puerta a instalar más bateas en las rías o en alta mar

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

La consellería no descarta que puedan instalarse más bateas dentro de las rías, o también dedicarlas al cultivo de otras especies, incluso en alta mar.
La consellería no descarta que puedan instalarse más bateas dentro de las rías, o también dedicarlas al cultivo de otras especies, incluso en alta mar. carmela queijeiro< / span>

Frente a las críticas, Mar afirma que la ley consolidará el liderazgo acuícola

18 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería do Mar en ningún momento pensó en que la que lleva camino de ser la primera ley de acuicultura en Europa iba a encontrar tal oposición social de los colectivos del mar. A juicio del Gobierno autonómico, lo único que hace el texto es sentar las bases para consolidar el liderazgo de Galicia en acuicultura. Así, según Mar, agiliza los trámites para propiciar las inversiones en acuicultura, proporciona seguridad jurídica al sector, amplía hasta alta mar los espacios en los que realizar acuicultura y propicia la diversificación de especies.

Avances tecnológicos

Cultivar en alta mar. El texto propuesto plantea la posibilidad de instalar más bateas en las rías e, incluso, la de cultivar mejillón u otras especies en alta mar, lo que se conoce como acuicultura off-shore. De hecho, Mar percibe esta vía como una gran oportunidad porque compite menos por el espacio que aquella que se desarrolla en aguas interiores. También alienta el engordede especies en tierra con sistemas de recirculación de agua, y el cultivo multitrófico integrado; esto es, la cría en una misma instalación de peces, moluscos y algas. En definitiva, facilita que se implementen todos los avances en I+D+i habidos en estos años.

Diversificación

Viejas conocidas y nuevas por conocer. En Galicia se podrán cultivar las especies tradicionales, aquellas que han encumbrado a la comunidad en este campo, y otras especies nuevas, ya sean autóctonas, exóticas o localmente ausentes que puedan ser de interés, siempre que se extremen las medidas de sostenibilidad ambiental y que, además, estén incluidas en el listado de especies que se pueden cultivar. De elaborar ese catálogo se encargará la Consellería do Mar.

Destino

Fines ornamentales. Los productos acuícolas no tienen por qué ser todos para comer. La ley propicia que lo que salga de las granjas no solo sea para consumo humano o animal, sino que pretende dar entrada también a los cultivos con fines ornamentales y a los que tienen como destino generar subproductos o principios activos de uso industrial, a la cría de alevines para otras instalaciones o ejemplares que se destinarán a la repoblación. Además, para garantizar la trazabilidad de los productos, traslada a la acuicultura las guías de transporte, tan conocidas en el sector pesquero.

Zonas preferentes

Áreas deprimidas. Será el instrumento de ordenación correspondiente el que determine qué zonas son aptas para realizar cultivos e, incluso, establecer polígonos dentro de esas áreas aptas. Pero, además, la Xunta podrá declarar zonas de interés preferente para la acuicultura, en áreas especialmente deprimidas en los que la actividad acuícola podría generar desarrollo económico y empleo.

Agilidad administrativa

Simplificación de los trámites. Uno de los reproches del sector acuicultor a la Administración -sea estatal o autonómica- es la lentitud burocrática para implantar establecimientos de acuicultura. Entre 5 y 6 años se tarda en obtener una licencia para instalar una piscifactoría. Según cálculos de la Xunta ese trámite se reducirá a poco más de un año. Además establece lo que se denomina informe de idoneidad, un trámite previo en el que la Xunta evaluará si el proyecto es viable, si va a poder desarrollarse o si deben plantearse modificaciones.

Prórroga de los títulos

Silencio positivo. Aparte de que los títulos habilitantes pasar de ser de 30 años a 50, la ley implanta el silencio positivo para prorrogar los permisos de actividad. Así, si el Estado no emite informe en un plazo de seis meses, se da por hecho la ampliación.

Seguro obligatorio

Daños a terceros. El titular del permiso tendrá que tener un seguro para cubrir daños a terceros y constituir un aval ambiental para prevenir ante posibles ataques al medio.

¿Salto del marisqueo a la acuicultura o venta de playas a los chinos?

Uno de los aspectos más novedosos de la ley y, sin lugar a dudas de los más controvertidos, es la posibilidad que otorga a los mariscadores de abandonar su antigua forma de organizarse para convertirse en acuicultores. Así, las autorizaciones marisqueras pasarán a ser parques de cultivo colectivo y cuenta con un régimen normativo específico.

El texto estipula que dar ese salto es algo totalmente voluntario y que se mantendrá la actual estructura colectiva del marisqueo. Por eso, la Xunta podrá otorgar permisos de actividad para trabajar en parques de cultivo colectivo a entidades asociativas del sector. Y se concederán de acuerdo con los principios «de obxectividade, publicidade, igualdade, transparencia e concorrencia, de acordo co procedemento que se estableza regulamentariamente». Además, «terán prioridade as entidades asociativas do sector que veñan xestionando esa zona mediante plans de explotación e acrediten a súa experiencia».

Pero todas esas salvaguardas no impiden que el sector interprete algo distinto e incluso todo lo contrario. Aprecian un intento de privatizar las playas -en algunos foros se ha llegado a decir que se querían vender a los chinos- y de dejar fuera de la concesión de ayudas europeas a los mariscadores, un colectivo que, según Mar, no puede ahora recibirlas precisamente por ser acuicultores.

Estudio de las 87 alegaciones

Al anteproyecto de Lei de Acuicultura todavía le queda un trecho por recorrer. Primero, Mar deberá resolver las 87 alegaciones que distintos colectivos han presentado contra el controvertido texto. Falta el dictamen del Consello Galego de Pesca, el informe del Servicio Galego de Igualdade sobre el impacto de género e incorporar sus sugerencias antes de llevarlo al Consello de la Xunta y remitirlo al Parlamento para iniciar el trámite legislativo.