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Sonadas ausencias y subidas de precios por el temporal que amarró la flota

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Precios de pescados y mariscos para fin de año
La Voz

Especies foráneas y de piscifactoría cubren los huecos de pescados y mariscos de ría

31 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo del día de Nochebuena en la plaza de abastos de Santiago fue espectacular por afluencia de gente y por abundancia de producto. Hoy se espera una afluencia similar, solo que la oferta no será, ni por asomo, la misma. El mal tiempo que ha provocado el amarre de la flota ha provocado clamorosas ausencias en los mercados de abastos en la víspera de Fin de Año. Entre los pescados, el besugo fue el que más se echó en falta. Entre los mariscos, estaban todos o casi todos, pero en menos cantidad y, sobre todo, calidad. Además, en algunos casos se rellenó el hueco con producto foráneo o pescados de piscifactoría.

Aunque a primera vista las cotizaciones se mantienen en línea con las de Nochebuena, al entrar en el detalle se percibe que los precios están por las nubes, porque lo que hay ahora debajo de la etiqueta no es, ni por asomo, lo mismo que había hace justo una semana. Por ejemplo, las nécoras que ayer se vendieron en Santiago a 55 euros son del tamaño y calidad de las que el día 23 estaban a 35. Y las del calibre que en Navidad se vendieron a 60 euros ya no aparecieron por la plaza. Las centollas que ayer se vendieron a 35 euros eran más pequeñas que las que se dispensaban a ese precio el 24. También menguó la cigala costaba 30 euros. Para encontrarla de buen tamaño hay que soltar 65 o más.

Escasez en lonja

Ayer por la tarde, en la subasta de marisco de Burela la escasez fue casi total: 20 kilos de nécora, 50 de centolla y cinco lubrigantes contados. Hubo barcos que salieron, a pesar del mal tiempo, pero la pesca, entre vientos más que huracanados -en A Mariña se detectó una ráfaga de 320 kilómetros por hora-, no se dio.

El desabastecimiento es tal que en la lonja de Ribeira se paró una caja de 15 kilos de chincho, que no merecía ni el nombre de jurel, a 47 euros, cuando en condiciones normales esa caja iría para carnada o, incluso, para harina, porque su aspecto no era muy atractivo.

Así es que ayer, muchos puestos ni abieron. Y otros que lo hicieron pero recurriendo a especies de piscifactoría, como lubina, dorada y rodaballo. Quizá por eso la gente se tiró a la merluza, más cara que en Nochebuena, pero aún asequible.

«El mal tiempo ha llegado en el peor momento», relataba ayer Mónica Luna, placera de Ribeira, para justificar los huecos en el expositor. «Y mañana [por hoy] será peor», auguró, lamentándose de que no podrá satisfacer los encargos: «Una clienta me encargó media docena de centollas y solo he podido conseguir dos», decía.

Precisamente por los encargos, en el mercado de Carballo ya no llegaron ni a exponerse al público.

Información elaborada por A. Gerpe, M. Ballesteros, M. Mosteiro, E. V. Pita, Á. Palmou, B. Antón, S. Serantes, M. Gago, D. Cela, M. Vázquez y E. Abuín.