Patrocinado porPatrocinado por

Economistas pesqueros vapulean el rendimiento máximo sostenible

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CESAR QUIAN

Cargan contra un concepto abstracto que parte de modelos extemporáneos

05 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La verdad es que la doctora María do Carme García Negro nunca defrauda al sector pesquero. Porque habla su mismo lenguaje y emplea casi sus mismas palabras para defender lo que ellos sostienen solo que la profesora que inventó el máster en Economía Pesquera lo refrenda con datos y constataciones que sientan cátedra. Por ejemplo, que la política común de pesca (PCP) se ha usado para destruir la flota española es algo «que na análise do texto non se pode deducir pero do que si hai evidencia na análise postextuais», pues en 25 años de reducción de la flota española «outras moi distintas incrementaron a súa capacidade e mesmo a súa potencia e as capturas». Y la excusa ha sido la sostenibilidad, que no la sustentabilidad. «Se usa sostibilidade porque é máis elegante que reducir e marxinar», dijo García Negro en la jornada de clausura del tercer congreso que organiza en A Coruña la Fundación Rendemento Mínimo Sostible e Social (Fremss).

La jornada de ayer se dedicó al rendimiento máximo sostenible (RMS), un término que ayer, a falta de alguien de Bruselas que lo defendiese, salió más que vapuleado. La primera fue la catedrática: «Unha pantomina». Y podría parecer un adjetivo gratuito si no fuese porque ofreció argumentos difícilmente contestables. Como que el RMS es un concepto abstracto que Bruselas ha convertido en un «término fetiche de potencia esmagadora» cuando se calcula con modelos analíticos teóricos inútiles para política pesquera en general y que, además, parten de supuestos erróneos. Tanto como que no tiene en cuenta las interacciones entre especies, que se hacen cálculos como si las especies se moviesen «por anos fiscais», que la realidad pesquera se mueve en precios constantes... En definitiva, «que non son bos modelos porque empregan supostos ideais, no senso de irreais, e que só valen para indicar a sobrepesca, pero non para máis».

Primera aplicación

A esa visión de que el RMS sirve como excusa para sacar del medio a la flota española -«no texto da PCP úsase máis RMS que pesca e pescadores», hizo ver García Negro- contribuyó el economista Raúl Prellezo, investigador de AZTI Tecnalia, que recordó que la primera vez que se aplicó el término RMS fue a mediados del siglo XX y lo hizo «Estados Unidos para echar a los japoneses de sus aguas». Prellezo abogó por un cambio de enfoque, pues de lo que se trata «es de gestionar flotas y no stocks, porque la incertidumbre es grande».

Imposible de alcanzar

De lo que no hay duda en el sector es que el empeño que pondrá Bruselas en alcanzar ese RMS pondrá en apuros al sector. El cerco, como explicó Andrés García, representante de Acerga lo está sufriendo. Y pronto lo sufrirán otras flotas, pues, como apuntó Juan Carlos Corrás, representante de Fremss, habrá poblaciones para las que será imposible cumplir con ese objetivo en el 2020, como está marcado.

La doctora García Negro instó a Bruselas a admitir que la regulación de la gestión de los recursos son decisiones de política económica, de ahí que no se acaten los consejos científicos. Y apuntó la necesidad de que se trate a la flota como comunitaria, no por pabellones, que se elimine el «escándalo dos privilexios do 86», en alusión a la estabilidad relativa (clave de reparto de cuotas), que se excluya a la flota artesanal de los TAC (totales admisibles de capturas) y cuotas, y que se necesitan incentivos para producir, non para destruir. «Temos dereito a esixir que se regule en condicións para seguir pescando e tendo pescado como alimento», concluyó García Negro.