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Mar subvencionará la retirada de reló a la flota marisquera de Arousa

Rosa Estévez
R. Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

Tras años prohibida su extracción, el bivalvo ha colonizado varios bancos

19 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras varios meses de franco desencuentro, las cofradías de la ría de Arousa y la Consellería do Mar parecen haber logrado establecer el marco en el que se desarrollará la próxima campaña de libre marisqueo. No va a ser fácil. Os Lombos do Ulla, el pulmón del marisqueo arousano, está colapsado. Tanto, que el 1 de octubre solo se podrá trabajar en una mínima parte de su superficie, una zona profunda en la que parece haber resistido la almeja babosa.

Con Os Lombos fuera de juego, el grueso de la flota se distribuirá entre los bancos de O Bohído y O Cabío, que tampoco atraviesan sus mejores momentos. El marisco va a escasear pronto, y para compensar unos ingresos que se prevén magros, la Xunta ha planteado a los pósitos una posibilidad: que los mariscadores colaboren en los trabajos de traslado progresivo del reló de más de 35 milímetros que ha colonizado las zonas de libre marisqueo hacia otros puntos de la ría. Dicen los patrones mayores que los barcos que muevan cada día al menos un capacho de ese marisco recibirán 25 euros.

Esa medida será un alivio para un sector que encadena varios años de escasez y malos resultados. Entre que la marteilia acabó con las poblaciones de berberecho de la ría y que la almeja también se vio diezmada -la Xunta lo achaca a varios inviernos de riadas, el sector habla de otras causas que habría que investigar-, los rañeiros se sentían en peligro de extinción. De ahí su enfado con la Xunta: con todo un sector naufragando, las cofradías echaron de menos este invierno, tras el precipitado cierre de la campaña anterior, la puesta en marcha del prometido plan de regeneración productiva de la ría.

Campaña reducida

Este año, la campaña volverá a cerrarse antes de tiempo. Técnicos y sector coinciden en ese diagnóstico, y hasta se atreven a vaticinar que los mariscadores no podrán trabajar más allá de diciembre, enero como mucho. Antes de que se acerque ese horizonte, las cofradías quieren conocer en detalle el borrador que está preparando la Xunta a fin de habilitar una línea de ayudas de las que puedan beneficiarse los afectados por el cierre de la campaña. Está claro que no será una prestación por cese de actividad -esa vía parece completamente descartada-, pero hay quien apunta a que se trataría de una suerte de paro biológico para facilitar la regeneración de los bancos, y quien considera que podría adoptar la forma de una compensación por los efectos de la marteilia sobre las poblaciones de berberecho.

Adquiera este plan la forma que sea, el sector quiere conocer con antelación y con claridad meridiana cuánta gente se podría acoger al mismo y cuáles son los requisitos y baremos que habrá que aplicar, a fin de evitar conflictos y frustraciones como las que el año pasado acompañaron a las ayudas por cese de actividad.

Regeneración

Los pósitos quieren, también, que la Administración autonómica apure los trámites burocráticos para que, desde el momento en el que se cierren los bancos de la ría, se acometan los trabajos de regeneración que permitan recuperar la productividad.