Patrocinado porPatrocinado por

Inhabilitan a un armador por la muerte de un marinero accidentado por el mal estado del barco

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

SOMOS MAR

Se pudo haber evitado si el buque hubiese tenido un buen mantenimiento y pasado las revisiones de seguridad, según indica la sentencia

01 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La muerte del marinero pontecesán el 28 de febrero del 2008 cuando faenaba en el arrastrero Playa los Quebrantos a 26 millas de la costa coruñesa se pudo haber evitado si el buque hubiese tenido un buen mantenimiento y pasado las revisiones de seguridad, según indica la sentencia que condena al armador a un año de prisión y a tres de inhabilitación para la administración de empresas dedicadas a la actividad pesquera. El fallo del Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña aclara que el ahora condenado no ingresará en la cárcel al carecer de antecedentes y ser la pena es inferior a dos años.

Según el juez, el marinero Fernando Suárez Espasandín se encontraba sobre la una y media de la madrugada de aquel día trabajando en cubierta cuando se rompió un cárcamo, dentro del cual corría uno de los cables de acero que sujetaban unos dispositivos llamados puertas deflectoras, las cuales se encargan de mantener la malla de la red abierta. Al romper ese cárcamo, el cable de acero se tensó al máximo, comenzando a correr y atrapando en su recorrido el cuerpo del trabajador, que lo volteó y lanzó a tres metros de altura para luego caerse al mar.

Añade la sentencia que el chaleco salvavidas que llevaba el marinero no se infló automáticamente por un fallo en el mismo. Y desde el buque sus compañeros vieron cómo Fernando Suárez no podía ni moverse debido al fuerte golpe recibido. Ante eso, el patrón del barco se ató un cabo a la cintura y se lanzó al mar. Luchó varios minutos para agarrarlo y acercarlo al barco. Fue en vano, debido a que el accidentado no tenía fuerza alguna para colaborar. Fueron otros marineros desde la cubierta los que pudieron agarrar su cuerpo con un bichero y subirlo a bordo.

El juez sostiene que el barco «no tenía instalado el mecanismo de protección para evitar el recorrido libre y al descubierto del cable de arrastre». Si lo tuviera, el accidente no se produciría.