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Bruselas consulta a profanos para elaborar planes para merluza o rape

espe abuín, s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANI DE BITTENCOURT

Preguntará al público en general cuestiones como si debe aplicarse un enfoque plurianual o qué especies demersales deberían regularse

19 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¡Usted! ¡Sí, usted! ¡La persona que está leyendo estas líneas! ¿Es profesional de la pesca? ¿Armador, quizás? ¿Le interesan las cuestiones marítimas? ¿Esperaba conocer si hay poca o mucha sardina? ¿O quizá tiene inversiones en Bolsa y ha caído aquí por error, mientras buscaba la cotización de algún valor.

Da igual. No importa su perfil. A todos y cada uno de ustedes se dirige la Comisión Europea con su consulta sobre si es conveniente regular las pesquerías demersales de las aguas comunitarias a través de planes plurianuales. ¡Ah! Que no sabe a qué se refiere Bruselas con una especie demersal. Intentaremos aclarárselo: son aquellos peces que viven cerca del fondo del mar.

De entre las especies que suele ver en la pescadería, la más conocida es la merluza, pero también entran en esa categoría el rape, el gallo, la cigala, el lenguado, el bacalao...

¿Puede ya pronunciarse al respecto? Quizá no porque a lo mejor solo intuye qué es un plan plurianual. Pues se trata de un sistema de gestión que introduce medidas «que proporcionan un marco estable y transparente para lograr el rendimiento máximo sostenible (RMS), evitando el declive de las poblaciones y teniendo en cuenta la interacción entre estas y las distintas modalidades de pesca, así como las consecuencias sociales y económicas de las medidas de gestión».

¿A que no suena nada mal? Sobre todo, si en la explicación que acompaña a las preguntas del documento sometido a consulta le dicen que «la mayor parte de las poblaciones demersales de la zona aún no están en niveles superiores a los capaces de producir el rendimiento máximo sostenible y algunas están claramente agotadas». Y mucho más si, además, le explican que «la industria pesquera y los consumidores aún no pueden disfrutar plenamente de los beneficios de una pesca practicada en condiciones que garanticen la sostenibilidad desde el punto de vista medioambiental, económico y social».

Planes obsoletos

Sepa, de todas maneras, que los planes plurianuales no son nuevos. Para nada. Ahí está el de la merluza y la cigala de aguas ibéricas, en vigor desde hace diez años; el del bacalao o la merluza de Gran Sol, desde hace once; o el del lenguado del golfo de Vizcaya, en vigor desde el 2006. Pero la Comisión dice que se han quedado obsoletos, pues la nueva política común de pesca (PCP) ha introducido imperativos como la obligación de desembarque de todas las especies que acompañen a las demersales a partir del año que viene y, además, los actuales son estáticos y no permiten responder rápidamente a los cambios biológicos.

Por eso le preguntan a usted si está totalmente, en gran parte, en parte, muy poco o en absoluto de acuerdo con que las pesquerías se gestionen con un enfoque plurianual o proactivo en lugar de un enfoque anual y reactivo. Y, de paso, le explican que hay muchas especies que no tienen plan y, al pescarse junto a otras demersales, están sobreexplotadas, como es el caso de la lubina.

Participación

Con todas las explicaciones quizá esté ya en disposición de decidir lo siguiente: ¿Qué especies son las que deberían incluirse prioritariamente, por orden de urgencia en un plan de gestión? ¿Se atreve? Pues conteste al cuestionario y envíelo a esta dirección a mare-wwmap@ec.europa.eu. Tiene de plazo hasta el 11 de septiembre.

Recelos de los profesionales, que desconocen el peso que se dará a las opiniones

En el documento de consulta, la Comisión Europea resalta que la única finalidad de la misma es «recabar la opinión del público en general para ayudar a la Comisión a desarrollar su reflexión en este ámbito y contribuir a los trabajos de evaluación de impacto que servirán de base a la elaboración de futuras propuestas». Porque los servicios del Ejecutivo están estudiando la redacción de propuestas para el Consejo y el Parlamento Europeo, los colegisladores, para redactar planes plurianuales para especies demersales en aguas de la UE. Y un elemento importante en su creación es la evaluación de impacto. Ese análisis de afectación se basará en la consulta «de las partes interesadas y del público en general», y aclara que lo que opinen los consumidores y profanos se complementará con una consulta más técnica dirigida a las principales partes interesadas en el ámbito de la pesca».

Lo verde, cala más

El problema es que el documento no aclara qué peso tendrán las respuestas de unos y otros. Y el sector, escaldado de la diferente interpretación que la Comisión hace de la triple vertiente de la sostenibilidad, teme que se ponga más acento en los aspectos biológicos que en los sociales y económicos. Porque lo más habitual es que un consumidor se lleve las manos a la cabeza al oír hablar de descartes y de tirar proteínas marinas por la borda, pero quizá desconozca que mucho de ese despilfarro se hacía por imperativo legal desde Bruselas.

En definitiva, que las cuestiones medioambientales calan antes y en más profundo en la conciencia del consumidor, que no aprecia que la reducción de cuota sin motivos científicos justificados puede dar al traste con el sustento de zonas dependientes de la pesca.