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Los pósitos gallegos critican que el informe de Bruselas no dé pasos para prevenir fraudes

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

MARTINA MISER

Mostraron su desacuerdo con que los actos legislativos de la UE no recojan la obligación de informar a los consumidores sobre la especie y el origen de los productos de la pesca, transformados y en conserva, imperativo que sí tienen la pesca fresca e incluso la carne

23 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Federación Galega de Confrarías mostró ayer su desacuerdo con que los actos legislativos de la UE no recojan la obligación de informar a los consumidores sobre la especie y el origen de los productos de la pesca, transformados y en conserva, imperativo que sí tienen la pesca fresca e incluso la carne.

Los pósitos sostienen que obligar a que figure la procedencia «permitiría al consumidor tener una mayor información para su decisión de compra, evitaría el fraude y mejoraría la transparencia en la cadena alimentaria. Señalan desde la federación que hay numerosos ejemplos de fraude en el etiquetaje, pues «se vende anchoa argentina o marroquí como del Cantábrico o chorito chileno por mejillón gallego». Ocasionan dos problemas: «Un claro engaño al consumidor final y un fuerte impacto económico a los pesqueños productores en zonas dependientes de la pesca.

Además, la federación subraya la incongruencia entre esa decisión y los esfuerzos para mejorar la trazabilidad: «¿Cómo lograrla si el dato del origen es voluntario?», apuntan. Tampoco es que redunde mucho en la seguridad y la transparencia en la cadena alimentaria, y recuerda que en febrero de este año el Parlamento Europeo instó a poner obligatoriamente el origen a raíz del fraude de la carne de caballo. «¿Qué diferencia hay con los transformados de pescado?», se preguntan. Como también les escama que sea tan difícil poner la procedencia en la etiqueta de la lata y no en la del pescado fresco.