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Asia, cementerio preocupante para los barcos destinados al desguace

La Voz PARÍS / AFP

SOMOS MAR

Zigor Aldama

Mejor cotización de la chatarra, mano de obra barata y mayor relajación en la seguridad hacen de los países asiáticos el destino idóneo de los buques

04 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los barcos surcan los mares de todo el mundo durante su larga singladura, pero cuando terminan su vida útil la mayoría pone rumbo a Asia para su desmontaje, en lugares poco preocupados con la contaminación y la seguridad. Cada semana, 20 navíos inician su última ruta hacia el desguace, unos mil anualmente, alerta la asociación conservacionista Robin des Bois (Robin Hood) que presenta en su último boletín Al desguace un panorama preocupante.

Durante los tres primeros meses de este año, 257 navíos de comercio y militares han sido apartados de las flotas para su desmantelamiento, lo que debería permitir reciclar 2,34 millones de toneladas de metales, destaca esta oenegé. Esto significa también que hay que gestionar más de «100.000 toneladas de desechos tóxicos», dice el presidente, Jacky Bonnemains.

Desechos tóxicos

Además de hierro, estos navíos, con una edad media de 28 años, y que a menudo no reciben mucho mantenimiento durante su explotación, contienen amianto, plomo, lodos de hidrocarburos, PCB (policlorobifeniles) y otros desechos tóxicos. En un petrolero de 300 metros, por ejemplo, «hay 25 toneladas de pintura tóxica en el casco externo» para impedir la adhesión de algas y conchas, unas 2.000 toneladas de lodo de hidrocarburos y entre seis y ocho de amianto puro, dice Bonnemains. En el primer trimestre, solo se han desguazado en los astilleros de la Unión Europea siete barcos.

Según la oenegé, el 90 % de los navíos jubilados son desmantelados en Asia. Sobre todo, en Bangladés, India, China y Pakistán.

¿La razón? «Asia necesita chatarra», donde se vende a 400 euros la tonelada, el doble que en Europa, pero sobre todo, porque el coste de la mano de obra es mucho más barato y las reglas de seguridad y la gestión de los desechos, menos estrictas, explica Bonnemains.

Voces que reclaman un reglamento específico para el despiece de navíos

Desde hace años, las «oenegé reclaman un reglamento específico para el desguace de navíos», recuerda Christine Bossard, portavoz de la asociación Robin des Bois. «En algún momento debería aplicarse la convención de Hong Kong (para el reciclaje seguro y ecológicamente racional) de navíos, pero tiene que ser ratificada por 15 países que representan el 40 % de la flota mundial». Hasta ahora, solo Noruega, Francia y Congo Brazzaville lo han hecho, lamenta.

En cuanto al reglamento europeo sobre reciclaje de barcos, «solo se aplica a los navíos con bandera europea», comenta Jacky Bonemains.

Aumento de los controles

La oenegé destaca algunas noticias positivas, como el aumento de los controles en el marco de la cooperación regional reforzada y la suerte de un barco como el Zorturk.

Este navío de mercancías que ha coleccionado las deficiencias técnicas y los pabellones (Belice, Camboya, Corea del Norte, Georgia y Togo) hizo agua en frente del puerto francés de Saint-Nazaire. Su desguace empezará en este puerto pese a que, según la organización, «exactamente, este tipo de barcos» son los que utilizan los traficantes de inmigrantes en el Mediterráneo.

Amianto y sarro de radio

Los obreros corren el riesgo de asfixiarse en locales mal ventilados como las cisternas, de resultar heridos por la explosión de desechos no identificados o a causa de una mala praxis en la descontaminación, contagiarse con enfermedades transmitidas por roedores, insectos y otras amenazas presentes, sobre todo, en los viejos barcos-fábricas pesqueros y creceros.

En India, cinco obreros perecieron y una decena resultaron heridos por una explosión en junio del 2014 al desguazar las cisternas del tanquero Perintis.

A estos peligros se suman los riesgos a largo plazo por la exposición a sustancias como el amianto o el sarro de radio (radiactivo).Según un estudio universitario indio, en 30 años se han contabilizado 470 muertos en los centros de desguace en el país.

Algunos navíos viejos ni siquiera llegan a Asia y se oxidan durante meses o años en los puertos donde fueron amarrados por prudencia u obligación.