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Bruselas vetará las importaciones de Tailandia si no frena la pesca ilegal

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

SOMOS MAR

OLIVIER HOSLET | EFE

Otorga un plazo de seis meses para que tome medidas contundentes

22 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Comisión Europea sacó ayer la tarjeta amarilla a Tailandia. Más de cuatro años le ha costado a Bruselas dar el paso para incluir finalmente al país asiático en la lista negra de países cómplices con la pesca pirata. Ghana, Curaçao, Papúa-Nueva Guinea, Islas Salomón, San Cristóbal y Nieves, Tuvalu y San Vicente completan el catálogo.

El comisario de Pesca, Karmenu Vella, anunció ayer la decisión del Ejecutivo y la justificó alegando que las autoridades «no han tomado las medidas suficientes para luchar contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU)». Bangkok no se ha tomado en serio las continuas advertencias de la Unión Europea, que ha puesto en evidencia la falta de control y monitoreo de la pesca pirata y su ridículo sistema de sanciones vigente.

Tras esta decisión, el Gobierno tailandés tendrá seis meses para demostrar que se toma en serio esta última amonestación antes de que Bruselas decida abrir la puerta a las sanciones comerciales, un castigo que está pasando factura a Guinea, Sri Lanka y Camboya, en la lista negra de la Comisión. Los productos de estos países ya no son bienvenidos en Europa, pues está prohibida su importación hasta que las autoridades se sienten a trabajar con la UE y muestren su voluntad de querer acabar con una actividad criminal que representa el 15 % de las capturas mundiales y mueve al año entre 8.000 y 19.000 millones de euros.

Tácticas ilícitas

Una horquilla muy amplia y difícil de calcular por las tácticas que utilizan los buques piratas para capturar el producto e introducirlo en el mercado ante la inacción de algunos países.

«Nuestra rigurosa política europea contra una práctica dañina como es la pesca ilegal, junto con nuestra verdadera capacidad de actuar, está dando sus frutos», celebró ayer Vella antes de anunciar que Corea del Sur y Filipinas pasarán a formar parte del pelotón de países con tarjeta verde. Una insignia que reciben los socios comerciales que tras conversar con Bruselas y emprender grandes esfuerzos sobre el terreno logran ajustar sus sistemas legales y de control para poner coto a la pesca pirata: «Tanto Corea como Filipinas han tomado decisiones responsables y adoptado un enfoque proactivo contra la pesca ilegal», reconoció Vella. En estos momentos el balón está en el tejado de las autoridades tailandesas, que empiezan a hacer las cuentas. Una prohibición radical de las importaciones a la UE le puede salir muy caro al país asiático que el pasado año exportó al conjunto de la Unión 146 toneladas de productos del sector pesquero por valor de 642 millones de euros. Las de este sector son ni más ni menos que el 4,4 % de las exportaciones totales de Tailandia a la UE, según las cifras que ha proporcionado el Ejecutivo comunitario. Fuentes de Bruselas aseguran que España podría ser uno de los países que se viesen más afectados por cortes de suministro, concretamente por especies como el atún para la industria de la conserva.