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Divorcio en la interprofesional del atún

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

monica ferreiros

Flota atunera e industria transformadora andan a la gresca. Toca renovar los contingentes arancelarios para los próximos dos años y las posiciones están demasiado distantes. Tanto, que la refriega ha acabado por separar a quienes no hace mucho alardeaban de ser complementarios

19 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El matrimonio profesional más antiguo en el sector de la pesca en España ha puesto fin a su convivencia en esa casa común que era Interatún. La organización profesional española del atún ha saltado por los aires en cuanto ha tocado fijar los contingentes arancelarios para los próximos dos años (2016-2017). Fue en noviembre cuando flota e industria comprobaron que sus diferencias eran irreconciliables. No hay punto de encuentro posible entre las cero toneladas que la flota quiere dejar entrar sin cargas de aquellos países con los que la Unión Europea no tiene acuerdos comerciales y las 30.000 que reclama la industria conservera para poder seguir siendo competitiva y mantener, si no aumentar, los empleos que genera en Galicia y en España. Productores y transformadores siguen viéndose en Euroatún, la homóloga europea de Interatún, pero en España siguen a la gresca. Y las hostilidades amenazan con desestabilizar incluso al mediador en ese divorcio: la Secretaría General de Pesca. Contra ella ha cargado la patronal española Anfaco, que reprocha que haya ignorado su petición y apostado por mantener el statu quo actual, 22.000 toneladas, en lugar de las 30.000 que la transformación reclama. Y ha logrado sumar a su causa a instituciones y políticos que militan con las siglas del partido en el Gobierno. Mientras, la otra parte del matrimonio, que hasta no hace mucho sostenía que la «relación de complementariedad y dependencia entre ambos sectores era incuestionable» -aún puede leerse en la web de Interatún-, considera que la industria española no tiene que buscar fuera lo que ya le proporcionan los barcos en su casa. Sus capturas son suficientes para abastecer a las firmas patrias, a las que prefieren vender antes que al resto de sus clientes: Seychelles, Mauricio y Abiyán.