Patrocinado porPatrocinado por

Carburante con olor a pescado

e. a. redacción / la voz

SOMOS MAR

ALBERTO LÓPEZ

La petrolera estatal de Brasil produce biocombustible con desechos acuícolas

09 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El pescado va camino de ser el cerdo del futuro. Si del ejemplar porcino se aprovecha todo, al animal acuático y, sobre todo, a sus restos, cada vez se le descubren más utilidades y aplicaciones.

Dejando la básica, que es la de alimentación, de sobra son conocidas sus aplicaciones farmacéuticas y su destino para crear alimentos funcionales, bioactivos o enriquecidos, por ejemplo, con omega tres.

Menos popular es su empleo en la fabricación de complementos, como los bolsos que las mujeres de la isla sueca de Gotland elaboran con piel de pescado. O las sandalias que chinos y tailandeses diseñan y crean con el pellejo de los peces como principal material.

Y mucho más desconocido y novedoso es su empleo para la producción de biodiésel. Lo está intentando Petrobras, la petrolera pública brasileña, a través de la división Petrobras Biocombustibles, que ya ha empezado a producir ese carburante a partir de residuos y grasas de pescado. Emplean los restos que reúnen en un enclave piscícola de Ceará, un Estado de la región nordeste de Brasil. Y si ahora se ha empezado en un área y con cantidades limitadas, las previsiones es que este aprovechamiento se expanda por todo el país.

Petrobras -ahora convulsa por los movimientos en su cúpula derivados de los escándalos de corrupción- firmó a finales del año pasado un contrato con los productores acuícolas de Ceará para comprar los residuos y las vísceras de pescado con los que fabricaría los biocombustibles, recogió la publicación especializada Fis.com.

Primera etapa

Según los planes de la petrolera, en una primera etapa se procesarán 4,55 toneladas de desechos de pescado para la elaboración de aceites y grasas residuales que serán la base para producir el biodiésel.

A decir de Petrobras, el empleo de vísceras de pescado para la producción de óleo asegura un biodiésel con materia primas de calidad, como alienta el programa nacional de producción y uso de biodiésel, que otorga el sello combustible social -que proporciona el Ministerio de Desarrollo Agrario- con el que se distingue el combustible que, con su proceso de fabricación, contribuye a solucionar cuestiones como la inclusión social de productores rurales, generar empleo y, de paso, reducir la dependencia del petróleo.

Y no hay duda de que, en este caso, los piscicultores brasileños, que obtienen un ingreso extra con la venta de los residuos, se ven beneficiados. Por su parte, la empresa que recibe el sello puede beneficiarse de una reducción de impuestos y usar además ese emblema como certificado de origen o marca.

Apoyo de Pesca

La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Pesca y Acuicultura del Gobierno de Dilma Rousseff. «Es una gran noticia para los acuicultores, quienes además de vender carne de pescado, cada vez más apreciada por la población por ser nutritiva y saludable [9,8 kilos por persona y año, frente a los 28 de España], pueden comercializar desde la piel de los peces para la artesanía hasta sus vísceras y los residuos del procesamiento», dijo el ministro de Pesca, Helder Barbalho.

Una tecnología que viene de viejo, un proceso simple y un interés renovado

El uso de tripas de animales para producir biodiésel no es una nueva tecnología, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aunque solo ahora parece haber despertado interés. El proceso, a decir de la citada fuente, es simple. No requiere tampoco mucha inversión y se puede conseguir biodiésel a un coste muy bajo. La producción se inicia con el prensado de los residuos de pescado; el aceite se extrae a través de un proceso de separación de agua a 90 grados, es mezclado con metanol (alrededor del 9 %) y sosa cáustica (con el fin de separar la glicerina a partir de la biodiésel).

El combustible se purifica luego mediante la adición de manganeso -un elemento que existe en la naturaleza- para que se ajuste a los motores.

Según la FAO, un kilo de residuos de pescado puede producir más de un litro de biodiesel.

Experiencias en Galicia

Ni que decir tiene que otra de las ventajas es la de promover una utilización más eficiente de los recursos biológicos acuáticos y generar ingresos adicionales para los pescadores y acuicultores.

Además, la tecnología utilizada en la producción de biocarburantes a partir de tripas de pescado y otros residuos son adaptables y transferibles en muchas otras partes del mundo. Es más, en Galicia ya ha habido pruebas por parte de la flota de palangre de superficie, que lo empleaba como complemento del combustible fósil.