Sopa de ortigas 

Ángel Campos

VILALBA

01 feb 2016 . Actualizado a las 21:29 h.

En esta ocasión vamos a hablar de platas medicinales en el camino de Santiago, pues en toda su extensión podemos encontrar una gran variedad de ellas. En esta ocasión hablaremos de la ortiga y de las dos variedades que podemos encontrar, la ortiga mayor y la ortiga blanca. En la medicina popular, la ortiga siempre ha ocupado un lugar prominente, y la medicina moderna reconoce sus propiedades curativas o beneficiosas contra reuma, gota, lumbago, ciática, retención de orina, trastornos de la vejiga y otras tantas dolencias que padecían en su camino estos peregrinos.

Un trayecto tan largo como el de los peregrinos requería de la presencia de albergues, hospicios y hospitales que atendiesen las necesidades (agua, comida, cama y cura) para los enfermos.

Estos lugares no tienen nada que ver con los hospitales que conocemos actualmente, ya que consistían en instituciones de acogida para desvalidos y enfermos con los que ejercer la caridad cristiana de forma desinteresada, poniendo en peligro, en muchas ocasiones, la propia vida de quien sanaba a estos peregrinos.

El hospital de Santiago de Compostela se localizaba en la propia Praza do Obradoiro, hoy Hostal dos Reis Católicos. Gozaba de dos claustros para separar a hombres y mujeres, mediados por un huerto donde cultivaban tanto alimentos como plantas medicinales para su uso en la enfermería La cantidad de peregrinos que pasaron por sus estancias fue muy elevada, ya que tras un camino tan largo y con tantas adversidades llegaban exhaustos a su destino.

Para la cura de los enfermos se empleaban remedios naturales surgidos del saber popular de las gentes de la zona. Principalmente se utilizaban raíces y otras partes de plantas con las que se hacían ungüentos y obtenían fórmulas magistrales que procuraban remediar los males que les afligían. Estas plantas medicinales las recogían de las proximidades del hospital o bien las cultivaban en sus patios (hortus sanitatis) Son muchas las plantas que se han utilizado a lo largo de los años para remediar los males de los peregrinos, como la ortiga o el diente de león, empleados como diuréticos, entre otros.

Sopa de ortigas con costrones de pan al ajo

1) Ingedientes (para cuatro personas):

Dos cebollas, un calabacín, cuatro ajos, 180 gramos de hojas de ortigas frescas, 20 centilitrosde de agua o caldo de ave o de pescado, unas rebanadas de pan del día anterior, aceite, sal y una cucharadita de jengibre en polvo o rallado.

Para la recolección de las ortigas usaremos unos guantes de látex para evitar los efectos urticarios. Siempre colectaremos los ejemplares mas jóvenes, recogiendo las hojas superiores de la plata, ya que son mas tiernas, y siempre lejos de carretas o caminos donde circulen vehículos cerca de ellas. Las lavamos en agua fría (solo las hojas) con ayuda de unos guantes, y escurrimos.

2) Elaboración

Ponemos un poco de aceite de oliva en un recipiente, y le añadimos la cebolla, cortada en dados pequeños. Ponemos al fuego y rehogamos unos minutos; añadimos dos dientes de ajo picados y el calabacín cortado en dados pequeños; dejamos al fuego otro poco, y una vez pochado todo el conjunto, añadimos las ortigas picadas y el agua o caldo, tapamos y dejamos cocer por espacio de unos quince minutos; probamos de sal y añadimos el jengibre; mezclamos, y servimos, acompañando con unos costrones de pan, fritos o tostados al horno y untados con ajo .

Podemos pasar por la batidora y hacer una crema si nos apetece, añadiendo dos unidades de patata para que de un poco de textura a la crema.

Bon xantar, amigos peregrinos.