Circulando 200 kilómetros por la A-8 sin áreas de servicio

Xosé María Palacios Muruais
xosé maría palacios LUGO / LA VOZ

VILALBA

PALACIOS

La autovía carece de zonas acondicionadas entre Avilés y Baamonde pese a contar con tres espacios reservados

14 dic 2015 . Actualizado a las 08:12 h.

Unos 200 kilómetros con las ventajas de una autovía y con el inconveniente de ninguna área de servicio en ese largo tramo. Tal es la situación que se da en la autovía del Cantábrico (A-8) entre Avilés y Baamonde: los usuarios que circulan de Asturias a Galicia o de Galicia a Asturias no tienen más remedio que salir de la autovía para llenar el depósito del coche o para tomar un café o un refresco en todo ese trecho.

La situación contrasta con la de otras autovías que no resultan ajenas al tráfico de la transcantábrica: por ejemplo, la A-6, con la que la A-8 enlaza en Baamonde, tiene sendas áreas de servicio en Guitiriz y en Coirós, separadas solo por 20 kilómetros. En los mencionados 200 kilómetros de la autovía del Cantábrico hay, eso sí, sendos espacios destinados para áreas de servicio en un municipio del Occidente asturiano (El Franco), en uno de A Mariña (Barreiros) y en uno de Terra Chá (Vilalba). Sin embargo, solo han avanzado las gestiones para la primera de ellas, pues hace pocas semanas que el anteproyecto salió a información pública, con previsión de una inversión de casi cuatro millones de euros para ejecutar los trabajos.

Por la cercanía a núcleos de población en unos casos y al trazado de la carretera N-634 (Irún-Santiago) en otros, a los conductores no les faltan, ni en Asturias ni en Galicia, lugares a los que dirigirse recorriendo pocos kilómetros tras haber dejado la autovía. Esa oferta incluso va en aumento: por un lado, a pocos metros del acceso de la A-8 en Figueras (Castropol), último de Asturias antes de entrar en el puente de los Santos, se abrió hace meses una gasolinera; por otro, la cooperativa Os Irmandiños, cuya amplia masa social va del Occidente astur a Terra Chá y a otras zonas de Lugo pasando por A Mariña, está construyendo un punto de venta de combustible en sus instalaciones de A Devesa (Ribadeo), a pocos metros del enlace que une la autovía con la playa de As Catedrais.

Idea en espera

Esa falta de instalaciones no solo contrasta con la existencia de lugares reservados para ese fin sino que incluso se ha puesto en marcha algún proyecto privado pensado para explorar la cercanía de un acceso a la A-8. El conocido empresario mindoniense Carlos Folgueira, O Rei das Tartas, prevé construir en A Xesta una zona de servicio que contaría con las dotaciones propias de esos espacios.