Fallecen un matrimonio y su hija al incendiarse su casa en Vilalba

Tania Taboada | X.M. Palacios | L. López LUGO

VILALBA

El fuego se detectó por la mañana, y los bomberos trabajaron durante horas para retirar los escombros

02 dic 2015 . Actualizado a las 22:07 h.

Tres miembros de una misma familia -un matrimonio y su hija, residentes en la parroquia vilalbesa de San Simón da Costa- murieron en la madrugada de ayer al incendiarse la casa en la que vivían. Manuel Pico Rodríguez (de 82 años), Dolores Prieto Seijas (de 78) y Azucena Pico Prieto (de 53) resultaron calcinados por las llamas, de las que intentaron huir sin poder conseguirlo.

El fuego se originó de madrugada, y empezó, como en otros muchos casos de viviendas rurales, en la chimenea de la cocina. De ahí pasó a otras partes de la vivienda, que consta de planta baja y de un piso, hasta arrasar gran parte del edificio. Gran parte de la cubierta se vino abajo y la mayoría del interior de la casa acabó reducido a escombros.

La voz de alarma saltó poco después de las ocho de la mañana. Vecinos de una casa próxima vieron que salía humo y de inmediato avisaron de lo que ocurría. El parque de bomberos de Vilalba desplazó a todo el personal disponible, perteneciente tanto al turno de la noche como al de la mañana, pero cuando llegaron al lugar de la vivienda -situada en el barrio de Ribeira, a unos 12 kilómetros del casco urbano de la capital chairega-, las llamas ya habían atacado gran parte del edificio. También acudió a la zona personal de Protección Civil de Vilalba.

Lo que se llevó a cabo fue más bien un trabajo de desescombro, afectado por las altas temperaturas que se llegaron a registrar en el interior de la vivienda, en donde se llegó a unos 900 o 1.000 grados según estimaciones de los bomberos. Las ventanas de la casa, de aluminio, acabaron casi totalmente derretidas.

Cuerpos separados

Los tres cuerpos aparecieron, completamente destrozados por el fuego, en diferentes lugares del interior de la vivienda. Dos de ellos fue hallados en la planta baja, y el otro, en la planta superior. Los de la planta baja no estaban juntos: uno apareció al lado de la puerta de entrada, y otro, junto a la escalera que conecta la zona inferior con el primer piso, en tanto que el cuerpo encontrado en la primera planta estaba en el pasillo.

Esa cuestión se explicaba por el hecho de que debieron de darse cuenta de lo que ocurría e intentaron, sin éxito, salir de la casa: de acuerdo con esa hipótesis, apuntada por personal que trabajó en el lugar de los hechos, las tres personas salieron de sus dormitorios, pero las llamas y el humo les impidieron abandonar la vivienda.

Los restos no fueron hallados al mismo tiempo. Los dos primeros se descubrieron alrededor de las diez y media de la mañana, y el tercero, algo antes de las doce del mediodía.

Llamas durante horas

Aunque los vecinos se dieron cuenta de lo que ocurría pasadas las ocho de la mañana, el incendio se originó horas antes, sin que se pueda establecer de modo preciso el momento en que la vivienda comenzó a arder. Una vecina de una casa situada a pocas decenas de metros comentó que se había levantado de cama alrededor de las dos de la madrugada y que no había notado nada raro en ese momento. Sí parece claro, según personas que actuaron en la extinción, que pasaron varias horas entre el inicio del siniestro y el momento en que los residentes de la vivienda fueron conscientes de lo que ocurría.

Pese al dramático desenlace del incendio, la situación tuvo su origen en un problema común en muchas viviendas de zonas rurales en esta época del año. El hollín de la chimenea forma una capa de suciedad, con lo que falla la combustión y acaba produciéndose un incendio. En este caso, sin embargo, el problema se vio agravado por la hora en la que empezó el fuego y por las circunstancias de la noche. En primer lugar, a los tres residentes de la casa los sorprendió en cama, con lo que su capacidad de reacción era menor. En segundo lugar, la noche del lunes al martes se caracterizó por una intensa niebla en buena parte de la comarca de Terra Chá, con lo que la posibilidad de que otras personas viesen las llamas también era más reducida.

Gran conmoción

La hija del matrimonio, fallecida junto con sus padres, llevaba algunos años viuda, y de su relación tenía cinco hijas, residentes fuera del municipio de Vilalba. Las muertes causaron gran conmoción en Vilalba, y los trabajos de los equipos de extinción levantaron notable expectación en el barrio durante la mañana. Anoche se desconocía aún cuándo tendrá lugar el entierro de las tres personas fallecidas.