Catastrazo a la vista en Vilalba

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

VILALBA

José Antonio Díaz, de Unións Agrarias con el polémico documento explicando la que se les avecina a muchos vilalbeses.
José Antonio Díaz, de Unións Agrarias con el polémico documento explicando la que se les avecina a muchos vilalbeses.

Vecinos que pagaban 50 euros pasarán a abonar casi 300 el año que viene

01 jul 2015 . Actualizado a las 19:41 h.

Aparcado por la campaña electoral, vuelve el «catastrazo». Se trata de un brutal ataque al bolsillo que tendrán que afrontar la mayoría de ciudadanos como consecuencia de las reformas (regularizaciones) catastrales llevadas a cabo últimamente. Y ahora le toca el turno al municipio de Vilalba donde el asunto ha generado una extraordinaria preocupación, tanta que ayer más de un centenar de vecinos de diversas zonas participaron en una asamblea organizada por Unións Agrarias para aportar información ante el desconcierto ocasionado por unas temibles cartas certificadas que comenzaron a recibir centenares de afectados.

En las últimas semanas comenzó a circular como un reguero de pólvora por media Terra Chá que los del catastro estaban enviando cartas para exigir el pago de 60 euros por las fotos efectuadas a los inmuebles para la reforma llevada a cabo. No hay tales retraso, pero no queda más remedio que abonar dicha cantidad. Pero esa cantidad corresponde a la tasa de regularización catastral.

En la asamblea de ayer en Vilalba, el que se ocupó de dar todas las explicaciones y consejos a seguir ante la inminente subida de impuestos por los bienes fue José Antonio Diéguez, de Unións Agrarias Santiago. «De pagar, non vos vai librar nin Dios». Así de claro les expuso a los asistentes la situación y lo dijo con contundencia advirtiendo que a él y a otros muchos no les había quedado más remedio. Les recordó que el catastrazo ya había pasado por otros concellos, como era el caso de Chantada y pocos se salvan.

Y la «catástrofe» es dura. «Quen pagaba ata o de agora 50 euros pasará a uns 250 cada ano. E a maiores, os concellos teñen facultade para cobrar catro anos de atrasos», advirtió Diéguez.

Muchos de los asistentes se echaron las manos a la cabeza. Después de una serie de explicaciones sacaron de sus bolsillos o bolsos las cartas que la gerencia del Catastro les envió y hubo escalofríos. Una vecina de la parroquia de Oleiros, que pidió no ser citada, se encontró con que el valor catastral de sus bienes, que estaba en 3.000 euros, pasó a 13.685. Eso supondrá pagar más, mucho más.

Pero ese incremento no es nada si se compara con el de otro vecino de Lanzós. Este tenía una tasación anterior a la denominada oficialmente «regularización» un valor catastral de 9.511 euros y ahora 49.000.

Y eso que la medida se «vendió» como una amnistía catastral, según les dijo a los reunidos el representante de Unións Agrarias. «E os que teñen os cartos en Suiza, sen ningún problema», dijo un paisano. «Foi unha denominada amnistía que nos vai jorobar moito. É multiplicar por cinco os prezos da contribución», advirtió José Antonio Diéguez.

Varios vecinos criticaron la falta de información por parte de las instituciones públicas, especialmente el Catastro y los concellos, por no convocar reuniones informativas para explicar la situación. Y el «catastrazo» se avecina en un buen número de municipios de la provincia. Es una cuestión, les expusieron a los reunidos, de carácter estatal.

Valoraciones catastrales pasan de 9.511 euros a 49.000 con la reforma

De qué va el asunto y las claves

El proceso

Lo ocurrido. Oficialmente lo que ocurrió fue esto: «La incorporación al Catastro Inmobiliario de los inmuebles urbanos y rústicos con construcción, así como de las alteraciones de sus características, en los supuestos de incumplimiento de la obligación de declarar de forma completa y correcta las circunstancias determinantes de un alta o modificación, con el fin de garantizar la adecuada concordancia de la descripción catastral de los bienes inmuebles con la realidad inmobiliaria». Esa regularización va desde 2013 a 2016.

La realidad

No se declararon. Para que cualquier persona se hubiese librado del «catastrazo», cuando construyó o modificó la situación de sus inmuebles debería haber rellenado unos impresos para presentarlos en el Catastro y así dar cuenta de las modificaciones. Casi nadie lo hizo.

superficies de 15 metros

Incluso barbacoas. El experto que ayer atendió a los vecinos de Vilalba les dijo que la actual regularización había incluido toda construcción superior a los 15 metros. Entre estas figuran los invernaderos e incluso las barbacoas, que en algunos casos acabaron como dependencias culturales, lo mismo que algunos establos. Habrá que pagar por ellas. Quedaron incluidas las explotaciones agrarias. También pasó a quedar catastrado el solar de las edificaciones por el que hasta ahora no había que pagar.

Alteración fundamental

Cuadras y almacenes. Hasta ahora por lo que básicamente había que cotizar en una casa situada fuera de los principales núcleos urbanos era por la vivienda que generalmente está en la parte superior del inmueble. La baja estaba destinada a cuadras hasta ahora. En algunos casos también esa parte quedaba encuadrada como almacén. Con el cambio esas partes también quedan, en la mayor parte de los casos como vivienda. Por lo tanto, mayor valor catastral.

las temibles cartas

¿Qué dicen? Cuando en un concello ya finalizaron los trabajos de «regularización» los vecinos reciben una primera carta certificada. En la misma les piden que ingresen 60 euros, la tasa de regularización catastral, tributo de carácter estatal. Esa cuantía es por cada uno de los inmuebles objeto de regularización. Debe ser abonada por quien tenga la condición de sujeto pasivo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles en el ejercicio en el que se haya iniciado el procedimiento de regularización catastral.

Los pasos a seguir

Reclamar. Una vez recibida la carta hay que comprobar todos los datos, especialmente quién o quienes sean los titulares. Puede haber errores. El siguiente paso sería, si el afectado lo entiende necesario, presentar una reclamación que permitiría ir ganando tiempo. Eso no evita el tener que pagar los 60 euros, pero sí disponer de tiempo para reaccionar. El plazo para adoptar una resolución definitiva por el Catastro, es de seis meses desde que se notifique a los interesados el acuerdo de inicio o la propuesta de regularización, que es la fase en la que se encuentran los vecinos de Vilalba.

Los recursos

Dos posibilidades. En el plazo de un mes desde la notificación de la resolución definitiva se puede interponer: reclamación económico-administrativa ante un tribunal de ese rango.

Con carácter potestativo y previo a dicha reclamación económico-administrativa se puede interponer recurso de reposición ante la Gerencia del Catastro que dictó el acto, no siendo admisible la interposición simultánea de ambos recursos.