Una cosecha de fósiles de animales de gran tamaño en Cova Eirós

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

TRIACASTELA

ROI FERNANDEZ

En el yacimiento paleolítico de Triacastela se cierra una campaña que resultó especialmente fructífera

22 ago 2016 . Actualizado a las 21:31 h.

En el yacimiento paleolítico de Cova Eirós, en Triacastela, termina hoy una nueva campaña anual de excavaciones que se ha caracterizado por el hallazgo de cientos de restos fósiles de animales de gran tamaño. Entre ellos hay numerosos huesos largos completos o casi completos de carnívoros de diversas especies, osos de las cavernas y herbívoros como ciervos y corzos. Muchos de los huesos muestran señales que indican que fueron cortados y machacados con herramientas de piedra, lo que prueba que los hombres de Neandertal que ocuparon la cueva en el Paleolítico Medio cazaron y consumieron estos animales.

Los directores de las excavaciones, los arqueólogos Xosé Pedro Rodríguez y Arturo de Lombera, señalan que en las anteriores campañas realizadas en el yacimiento ya se habían conseguido muchos fósiles, pero esta última ha sido especialmente fructífera en cuanto a la cantidad y la calidad de los materiales. De su estudio en el laboratorio -añaden- se espera extraer abundantes informaciones sobre el modo de vida de los aún poco conocidos neandertales gallegos. «Gracias a estos fósiles se podrán saber muchas cosas acerca de la fauna que los rodeaba, de sus estrategias de caza y de sus hábitos alimentarios», explican.

Durante estos trabajos se han recuperado asimismo numerosos herramientas líticas fabricadas y utilizadas en las mismas épocas en que vivieron los animales. Entre estas piezas hay artefactos realizados con la técnica Levallois -típica de los neandertales- que muestran un excelente estado de conservación, según los investigadores. A estos materiales se suman numerosos carbones pertenecientes a un hogar que ya fue descubierto en anteriores campañas.

 Ocupaciones cortas

Los arqueólogos, además, encontraron nuevos indicios de que en cierta época los neandertales ocuparon la gruta durante etapas muy cortas, algo que ya se notó con anterioridad. «Una prueba de ello es que los artefactos de ese período no fueron fabricados en la cueva, sino traídos de otros lugares», dice Rodríguez.