Sarria pone orden en el Camino

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

SARRIA

El Concello velará para que se cumpla la normativa de Patrimonio sobre publicidad y señalización

26 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Camino de Santiago es uno de los mayores recursos económicos del Concello de Sarria. La proliferación de malas prácticas en lo que compete a publicidad y señalización es bastante habitual en los puntos por los que transcurre la ruta jacobea en el término municipal sarriano. Para erradicar este problema la alcaldesa emitió un bando cuya principal finalidad es recordar, esencialmente a algunos propietarios de negocios, que tienen que cumplir con la normativa estipulara por Patrimonio.

La regidora mantiene que desde el gobierno municipal son conscientes de los esfuerzos que realizan desde el sector hostelero para conseguir que todos los establecimientos ofrezcan una buena imagen y por lo tanto considera que serán los primeros beneficiados cuando se aplique con rigor la normativa que castiga las malas prácticas en la ruta jacobea.

La atención principal de los responsables municipales se centrará en vigilar la colocación de cualquier tipo de publicidad, esencialmente carteles, en tramos urbanos sobre los que tienen competencias. La responsabilidad en los tramos no urbanos corresponde a la dirección xeral de Patrimonio, encargada a su vez de conceder cualquier permiso para colocar señales en el Camino de Santiago.

Otro aspecto que en el bando se especifica que será vigilado especialmente es el de los establecimientos que utilicen la simbología y señalización propia de los caminos de Santiago sin la autorización expresa del departamento responsable en la materia.

«Cada día se están exagerando más en la colocación de publicidad y consideramos que llegó el momento en el que hay que poner un freno a esta situación y obligar a que se cumpla la nueva normativa de Patrimonio», explicó la alcaldesa, Pilar López.

La regidora fue rotunda al expresar que «el Camino de Santiago tiene que recuperar su espíritu y dejar de ser un mero escaparate comercial. Los concellos tenemos la obligación de hacer cumplir esta normativa», concluyó Pilar López.