Dos policías de Sarria declararon que el oficial ocultó información a la alcaldesa para no precintar

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

SARRIA

El agente denunciado le dijo a la regidora que no había precintos aunque su existencia era evidente para todos

30 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos policías locales que ayer declararon en el juzgado en relación con la presunta desobediencia de un oficial a la alcaldesa dejaron claro que el agente cuya actuación se está evaluando ocultó información a la regidora.

La alcaldesa, Pilar López, le ordenó al oficial que precintara dos negocios de la zona de As Ínsuas si estaban funcionando. El agente le respondió que no podía ejecutar su orden al carecer de los precintos necesarios para ponerla en práctica. Los dos agentes que ayer declararon explicaron que todos los miembros de la plantilla sabían perfectamente el lugar en el que estaban los precintos, ubicados según ellos en un punto bien visible.

En su comparecencia en el juzgado, también recordaron que en el año 2006 ya se había llevado a cabo una actuación en la que fue preciso colocar precintos, en este caso en un establo en el lugar de A Veiga y por orden del anterior alcalde, José Antonio García, operación que fuera realizada en su momento por el inspector jefe y que fue duramente criticada por el socialista y ex regidor, Claudio Garrido.

Los hechos que se están investigando sucedieron a principios de febrero cuando la alcaldesa ordenó al oficial, que se encontraba en el turno de mañana, que precintara dos negocios dedicados a la fabricación de puertas en el barrio de As Ínsuas. El agente le comunicó que no podía cumplir su petición al no disponer de los elementos necesarios para hacerlo.

La regidora regresó a la casa consistorial por la tarde y se dirigió a las oficinas de la policía para preguntarles a los agentes que acababan de entrar de servicio si disponían de los precintos reglamentarios, a lo que le respondieron de inmediato que sí. Pilar López les ordenó entonces que procedieran a ejecutar la orden si en las empresas se registraba actividad, al mismo tiempo que guardó algún precinto para mostrárselo al día siguiente al oficial. Los agentes no tuvieron necesidad de precintar los establecimientos al comprobar que no había actividad. Al día siguiente, la regidora mostró los precintos al oficial, para evidenciar que había incumplido una orden suya.

Por otra parte, los agentes también manifestaron en su declaración que era habitual que en Sarria se produjeran retrasos en el cobro de los refuerzos.