El gobierno de Sarria cambió las bases de la caldera de la piscina por consejo del Inega

Laura López LUGO / LA VOZ

SARRIA

Imagen del gobierno de Sarria analizando las bases de la caldera.
Imagen del gobierno de Sarria analizando las bases de la caldera.

La alcaldesa sarriana advierte que puede ser el PP el prevaricador porque habían adjudicado obras «a dedo»

28 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sarria continúa sin piscina; y, mientras, gobierno y oposición continúan culpándose de ello. Ayer la alcaldesa, la socialista Pilar López, salió al paso de las acusaciones del PP, que insinuó que la mandataria podría haber prevaricado con este asunto. Desde el equipo de gobierno niegan tal acusación y aclararon cómo y por qué habían actuado en el caso de la piscina. Reconocen que sí hubo una modificación en las bases sobre la caldera, pero que esta se realizó para adaptarse a las directrices del Inega (Instituto Enerxético de Galicia). «É certo que houbo unha modificación que foi aprobada en xunta de goberno. A modificación foi coa intención de poñer as características exactas do proxecto da Deputación, tendo en conta que a potencia tiña que aproximarse aos 400 kilovatios que requiría o Inega para que non minorasen a subvención», aclaran.

La consulta al Inega la realizó la propia alcaldesa antes incluso de que se formase el gobierno el 13 de julio porque era consciente, según explicó, de que el tiempo apremiaba y de que la piscina era una prioridad para Sarria. «Acudín ao Inega para asesorarme sobre que tipo de caldeira era a máis adecuada para a piscina de Sarria», explica, y allí le aconsejaron dos calderas de 200 kilovatios cada una. Por eso hicieron caso al Inega y redactaron unos pliegos para unas calderas con esas características.

Por otra parte, Pilar López también reconoce que de las 11 calderas que se presentaron, ninguna cumplía los pliegos al cien por cien. Por ello, solicitaron el informe de un técnico externo, pero «iso non significa nin moito menos que os pregos sexan ilegais. Tamén é certo que existe un recurso sobre eles baseado nun problema de prazos, non de ilegalidades técnicas», continúa. Lo que muestra esto, en opinión de la alcaldesa, es que «estes pregos fixéronse moi restritivos por unha sinxela razón: queriamos a mellor caldeira para Sarria, non unha xa comprada baixo encargo».

A mayores, se encontraron con el problema de los plazos: «Ese tipo de caldeiras non se teñen en stock; habería que encargalas antes de ter a obra licitada porque en 40 días que había de prazo de execución non se podía levar a cabo a obra».

Para la alcaldesa, es evidente que no se la puede acusar de prevaricación, pero quienes la acusan, es decir, el PP, «non están libres de ser acusados, xa que hai facturas, probas e testemuñas que acreditan que tanto a caldeira como a deshumectadora estaban xa encargadas polo goberno anterior, e que as obras para instalalas xa foran comezadas sen ter a subvención concedida para ditas obras e, loxicamente, sen ter licitada a empresa concesionaria da obra co concurso pertinente», es decir, que se adjudicaron «a dedo».