«O tiro viña cara min, salvoume que xa tomara viño e non apuntou ben»

Miguel y Manuel viven desde hace más de 20 años puerta con puerta en el lugar de Nay, en la parroquia de San Vicente, en Paradela. Ambos vecinos, que rondan los 60 años, residen en dos de las siete casas construídas en esta aldea; uno en la número cuatro y otro en la cinco.

Según explicó uno de los vecinos, siempre se han llevado bien e incluso compartían tardes de cafés en sus casas como buenos paisanos. El problema, según Miguel, surgió tras enfadarse Manuel con su cuñado y él continuar una buena relación. Pero quienes conocen a ambos consideran que las disputas de ahora se deben a los supuestos problemas con el alcohol de uno y los problemas de nervios que presuntamente padece el otro.

El viernes, sobre las nueve y media de la noche, se produjo una trifulca entre estos dos vecinos, que acabó con varios tiros al aire.

Versiones diferentes

Días después de la rencilla, cada uno cuenta su versión. Según Miguel, el altercado se produjo cuando fue con su hijo a buscar una vaca del cuñado del vecino a una finca. «Na casa de Manolo viven a súa muller, o cuñado e a sogra. Non se falan entre eles. Só comparten cociña. O cuñado ten vacas e quedoulle unha fora. Un veciño chamoume e díxome que lle quedara unha na finca. Fun co meu fillo a buscarlla e cando viña de camiño, Manolo tiña a escopeta na man e disparou», relató Miguel Ángel, quien está convencido de que el tiro iba hacia él pero lo salvó el estado de embriaguez en el que se encontraba. «O tiro viña cara min, salvoume que xa tomara viño e non apuntou ben. Ainda así caéronme os perdigóns ao lado. Pasei moito medo», relató.

Tras lo sucedido, Miguel llamó a la Guardia Civil, quien se personó en el lugar e incautó tres escopetas en casa de Manolo. A continuación denunció los hechos en el Cuartel.

Por su parte, Manuel no se encontraba ayer en su vivienda. Estaba su mujer y su suegra quie nes salían a la puerta con miedo. Su esposa negó que hubiese tiros al aire el pasado viernes y manifestó que estas rencillas se deben a que Miguel perdió los nervios hace una temporada. «Estábamos o meu fillo e eu descargando uns sacos de pienso para as galiñas e empezou a berrarnos sin vir a conto», explicó la mujer, quien aseguró que no es la primera vez que monta una riña sin venir al caso. En este sentido, manifestó que nadie del pueblo se lleva bien con Miguel y reconoció tener miedo debido a su machismo y a su estado de salud. «Ten problemas con todo o mundo. Tivo discursións con veciños por culpa do fútbol e incluso foi xogar unha partida de cartas a un bar de Castro de Rei e tamén montou un follón», manifestó. La mujer reconoció que en su casa había tres escopetas que se llevaron los agentes el viernes y manifestó que en la vivienda todavía quedaban armas.

crónica disparos al aire entre dos vecinos de paradela

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