Las frisonas, las reinas de los establos, a punto de ser destronadas por otras razas

Dolores Cela Castro
DOLORES CELA LUGO / LA VOZ

MONTERROSO

OSCAR CELA

El ganadero busca ejemplares que produzcan leche con parámetros de calidad, que pagan más las industrias

26 nov 2016 . Actualizado a las 23:42 h.

Las granjas lecheras están renovando sus ejemplares, en aras de conseguir una producción de mayor calidad, que las industrias paga mejor. Las frisonas, prácticamente las únicas que con sus colores blanco y negro, fueron durante décadas las reinas de los establos, están camino de ser destronadas. En numerosas explotaciones de la provincia ya conviven con ejemplares de otras razas. Uno de los ejemplos es la de Luis Armas, de San Breixo (Monterroso,) donde comparten establo cuatro razas diferentes - frisona, fleckvieh, roja danesa y parda alpina- y que está en plena conversión hacia la producción ecológica.

Armas, con 108 ejemplares en su granja, 48 de ellas en ordeño, empezó hace seis años a hacer pruebas para incorporar nuevas razas. Buscaba ejemplares rústicos, que se adaptaran bien a la zona y de leche de calidad. Empezó con dos fleckvieh que compró en Holanda. Pagó por cada una 1.900 euros y ya se encuentran en el quinto parto.

Las pardas alpinas -una raza que llegó a España a finales de los años 50 y que se conocen popularmente como ratinas- y las rojas danesas llegaron después. Con el camino recorrido Luis Armas lo tiene claro. Va a concentrar sus esfuerzos en la raza que importó de Holanda. Comprobó en su propio establo que la fleckvieh es, según su percepción, la más fuerte y la más longeva, produce leche de calidad, es mansa, tiene buenos partos y se caracterizan por la docilidad.

Luis Armas se decidió a comprar las dos que importó de Holanda porque las vio en la explotación de un vecino y ya le gustaron entonces. No está arrepentido. El joven ganadero no se ha planteado siquiera incorporar a su granja las de raza jersey, de las que empieza a haber un buen número en la provincia. Asegura que no le convencen porque, aunque su leche es de calidad, la cantidad que producen es muy reducida.

En las rojas danesas, según aseguró, no va a hacer esfuerzos para la recría y las pardas alpinas las mantendrá porque son un tipo de vaca que le gusta y que dice son muy parecidas a las fleckvieh.

 Semen importado de Austria

Los primeros problemas a lo largo de estos seis años se le presentaron al ganadero de Monterroso con la inseminación por las dificultades de conseguir semen, con lo que probó con algún cruce. Los resultados no le convencieron demasiado.

Ahora insemina sus fleckvieh con dosis testadas que trae de Austria, a través de un importador catalán. Esta raza, según Armas, es una gran consumidora de pasto, una característica a tener en cuenta a la hora de reconvertir su explotación de convencional a ecológica.

Esta granja de Monterroso es una de las beneficiadas por la irrupción en el mercado de una segunda industria en la compra de leche ecológico. Antes de finalizar el proceso de transición, ya le están pagando la leche a 34 céntimos el litro. Cuando a finales del pasado año complete el proceso, confía en poder cobrar entre 48 y 50 céntimos, más calidades. El ganadero es consciente de que con el cambio de alimentación, con pastos procedentes de las sesenta hectáreas de terreno con las que cuenta, la producción se reducirá. También le costará más el pienso que tendrá que suministrarle que el que les da ahora.