Arranca una larga y dura carrera electoral que será tensa en Lugo

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

09 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La inmoderada tendencia de los charlatanes políticos a ponerse los unos a los otros como chupa de dómine se vuelve más acusada en períodos preelectorales, como el que ya ha comenzado. Es deseable, aunque improbable, que en esta campaña electoral no olviden ni los candidatos ni sus respectivos equipos el aviso de Maquiavelo: «El vilipendio y el improperio provocan odio contra los que lo utilizan, sin reportarles ningún beneficio». Si Trump hubiese leído con aprovechamiento mínimo al estratega florentino seguramente el mundo y él tendrían menos problemas.

La carrera hacia las elecciones locales de mayo del próximo año está en sus inicios. Será una campaña muy larga, muy dura y tensa. En Lugo, el PP necesita con urgencia vital recuperar la alcaldía y la presidencia de la Diputación. Si no lo consigue, quedará en una situación muy comprometida en la provincia. El ex subdelegado del Gobierno, Ramón Carballo, será presentado el viernes como candidato a la alcaldía. Su principal rival será la socialista Lara Méndez, alcaldesa por accidente desde 2015; el PSOE, por su propia supervivencia, no puede permitirse ceder ni un metro del terreno ganado. Los dos grandes partidos se juegan en estas elecciones locales su ser o no ser en la provincia; serán meses duros. Ni Carballo ni Méndez son políticos dados a las salidas de tono, pero en su entorno hay intereses en juego que animarán a algunos a olvidar el aviso de Maquiavelo; si lo olvidan, los candidatos serán los primeros perjudicados.

En los próximos meses, al hilo de la campaña electoral, es más que probable que en la provincia se pongan de manifiesto los resquemores provocados por la pugna en la Diputación entre los socialistas y Manuel Martínez. A cuenta de las disputas entre Martínez y el PSOE se han escuchado acusaciones de muy grueso calibre en la Diputación. Es previsible que se repitan, para hastío y aburrimiento de los lucenses, que ya conocen sobradamente lo que opinan los unos de los otros.

En el inicio del camino hacia las elecciones de mayo, por el interés común, el aviso de Maquiavelo cobra plena vigencia. Atenderlo no es imposible, porque, como también dijo, «no puede haber grandes dificultades donde abunda la buena voluntad». Y la hay, ¿no?