La marcha de Rocha, una mala noticia para Lugo

Miguel Cabana
Miguel Cabana EL ADARVE

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

16 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una mala noticia para Lugo que Santiago Fernández Rocha abandone su puesto de concejal.

Porque Rocha aportaba a la política ilusión, frescura, inocencia y ganas de cambiar las cosas con sentido común. Pero se cansó de ver que los intereses del partido o formación prevalecían sobre el sentido común y dijo, «hasta aquí hemos llegado; esto desgasta mucho». ¡Y tanto!. La política actual desgasta al espectador, para cuanto más al actor que entra con ánimo sincero de cambiar las cosas y lucha rompiéndose el alma contra un muro infranqueable que es la administración y la clase política.

Mientras muchos se pegan por entrar, Rocha decidió marchar; en silencio; discretamente. Y va a ser una pérdida para los que creen en la política del sentido común; del bien común. Aunque quizá en su formación sea una liberación. Y de hecho, tras anunciar Rocha en la asamblea su marcha tranquila y pactada, que se iba a anunciar en rueda de prensa, alguien de los suyos decidió soltar rápidamente la noticia con nocturnidad, quizá para evitar que se arrepintiese. Poco conocen los suyos a Rocha, que aún es de aquellas personas cuya palabra es firma ante notario. Así que se va con tranquilidad, tal como entró, para enseñar principios y sentido común a los chavales en la escuela, disfrutando de su profesión.

Fernández Rocha era uno de aquellos ciudadanos que entró en política con la ilusión de la Transición y había vuelto ahora con la misma ilusión que en aquellos años de la joven democracia. En los ochenta militó en el centrismo galleguista, cuando aún estaba virgen y sin nacionalismo excluyente ni supuesto marxismo. Y ahora Rocha seguía teniendo aquella inocencia y el aplomo que da la cercanía de los sesenta. Así que era casi un verso suelto, una excepción, un remanso de calma y sentidiño que no encajaba en una jaula de grillos donde la ebullición es permanente.

Por eso va a ser una pérdida para Lugo pero un descanso para los suyos. Una vuelta a la normalidad para él y para su formación, y un desenlace que se veía venir desde el día que entró en la formación podemita.

Ojalá en próximos años vuelva a haber partidos o formaciones donde se necesite el sentido común de Fernández Rocha.