Los alumnos de Lugo que han conseguido integrar de forma ejemplar a un compañero autista logran un nuevo hito: aprenden lengua de signos para poder hablar con dos niños sordos

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Nicolás y Xacobe, alumnos de sexto de primaria del colegio As Mercedes de Lugo, coincidieron en el mismo pupitre cuando tenían 3 años. Nicolás es sordo y Xacobe, desde el principio, sintió la imperiosa necesidad de comunicarse con él. Se preocupó de conseguirlo, aprendiendo la lengua de signos en las clases que organizaba la Asociación de Xordos de Lugo. A lo largo de estos nueve años -tres en infantil y seis en primaria-, los dos amigos, que están preparándose para dar el salto al instituto, han conseguido contagiar al resto de sus compañeros la necesidad que sintió Xacobe cuando se sentó por primera vez con Nicolás. Lo lograron tanto con los que empezaron con ellos como con los que se fueron incorporando a lo largo de los años. A día de hoy, casi todos los alumnos de los dos grupos de sexto saben signar, con mayor o menor fluidez. En los últimos años se incorporó al aula Zineb, una niña marroquí también con problemas auditivos.

Para Nicolás la de signos es su lengua natural. «Como persona sorda que soy -dijo a través de María José Pardo, que interpreta con gestos los contenidos de las clases-, quiero darles las gracias a mis compañeros, que en estos años me han ayudado mucho».

La traductora también ha hecho su aportación. Además de ayudar a Nico y a Zineb para que puedan seguir el ritmo de las clases, de ella también han aprendido el resto de los alumnos cuando reproducía con gestos las explicaciones de los profesores. «Es como el inglés -comentó uno de los escolares-, si te fijas, acabas aprendiendo». 

«Estudar para poder xogar»

Para Xacobe, el primer compañero de pupitre de Nicolás, que echó más de una mano en clase actuando como intérprete para Nico y para Zineb, la lengua de signos es como «a lingua española. Se aprendes desde infantil, non é complicado». Él empezó a ir a clases a los 4 años. Este adolescente cree que la experiencia fue muy enriquecedora, tanto para él como para Nico. «En infantil estaba sentado ao meu lado e eu daquela non entendía o que era ser xordo. Empecei a estudar por puro interese e só por poder xogar con Nico, que se converteu no meu mellor amigo».

Empecei a estudar a lingua de signos por puro interese e só para poder xogar con Nico

«Eu non o sei todo. Recoñezo que sei bastante, pero non todo, porque non é tan sinxelo. De Nico aprendín moito e xuntos descubrimos moitas palabras novas», señaló Xacobe, que tiene cualidades especiales para aprender diferentes lenguas.

Los alumnos de sexto saben la importancia de poder comunicarse con Nico y con Zineb. Para el inquieto equipo docente del centro también es fundamental, como una de las partes de su implicación decidida para la inclusión. 

En esta experiencia tienen mucho que ver Montse Recondo, la orientadora; Belén Fole y Domingos Pereira, los tutores; María José Pena, la profesora de Audición e Linguaxe, que lleva tiempo dando clases en el colegio de As Mercedes; y María José Pardo, la intérprete. Este último curso los grupos de sexto quisieron hacer repaso con los estudiantes de la experiencia de los últimos nueve años. «Un dos nosos obxectivos -señaló Montse Redondo- era promocionar a lingua de signos porque pensamos que non só e bo para os xordos, senón tamén para quen oen». «Tamén queremos -señaló- que se lle dean máis oportunidades á lingua de signos para a poboación en xeral. Hoxe non e fácil poder estudala, porque non hai onde a impartan. Sería necesario que figurara como optativa nas extraescolares».

Redondo, que habla en nombre de todos los docentes involucrados en el proyecto, cree que la Administración debería implicarse más con la lengua de signos y no solamente en el apoyo a las asociaciones de sordos.

 Tapones en los oídos

Para que los alumnos pudieran experimentar lo que siente una persona que no puede oír, una de las sesiones de los viernes en As Mercedes incluía que todos se colocaran tapones en los oídos. La experiencia fue impactante.

No es más difícil que el inglés: acabas aprendiendo a signar

Para Aldara, una de las niñas del grupo, la lengua de signos debería figurar entre las actividades del colegio. «Las personas sordas -dijo- tienen muchas más dificultades para comunicarse que un inglés que llega sin saber nada de español».

Nabil confesó que hasta que no aprendió a signar «no sabía lo importante que era». Se decidió a hacerlo porque, según dijo, le gustaría poder hablar más tiempo con Nicolás y con Zineb.

A Lola le parece injusto que la lengua de signos no esté más promocionada. «Me gustaría saber -dijo- cómo se siente una persona sorda que solamente se puede comunicar con otras no oyentes. No es justo». 

Un trabajo de nueve años para valorar la diversidad y para fomentar la integración

Los dos grupos de sexto del colegio As Mercedes de Lugo llegaránal instituto el próximo curso con una visión muy especial sobre la integración y la diversidad. Estos adolescentes tuvieron la oportunidad de expresar públicamente los momentos en los que cada uno se sintió excluido a lo largo de las sesiones de los viernes que desarrollaron durante este último curso. Una de esas charlas fue sobre personas sordas, otra sobre el autismo y una tercera sobre minorías étnicas, entre otras.

Los estudiantes admiten que guardan recuerdos especiales de esas sesiones. En particular, de la protagonizada por Zafira, la niña gitana que les explicó sus costumbres, la forma de vida de su pueblo y su profundo respeto hacia la familia, aun en momentos adversos. «Muchos se quedaron sorprendidos con lo que les conté», admitió. Ella reconoció que también aprendió del resto de las experiencias que vivió en el grupo.

«La mayoría lloramos», señaló Buki, un niño de origen subsahariano, al recordar cómo fueron los viernes de este curso. La sesión favorita para Javi fue cuando cada uno pudo contar sus «historias». «Así pudimos saber qué pensaban y sentían los demás», dijo. Según la orientadora, todos tuvieron algo que narrar relacionado con situaciones en las que se sintieron excluidos.

 Las más impactantes

La más impactante, sin embargo, fue la intervención del padre de Hugo, el niño con autismo, con la que agradeció a todos los compañeros los esfuerzos que habían realizado para integrar a su hijo a lo largo de estos años. En segundo lugar, según admiten mayoritariamente, destacaron el día en el que todos se colocaron tapones en los oídos.

 El propio Nico, el niño sordo, reconoció que él también había sacado muchas conclusiones de esta experiencia, al descubrir que no era el único con problemas.

Las lecciones aprendidas en estos nueve años no han caído en saco roto. Ayer, Día Internacional de las Personas Sordas, distribuyeron unos carteles en los que plasman su reivindicación de que la lengua de signos se extienda en el ámbito educativo. La semana anterior visitaron uno de los institutos a los que irán el próximo curso y plantearon esta misma reivindicación. La experiencia fue expuesta en Santiago el pasado sábado y el equipo docente recibió felicitaciones por el trabajo realizado durante todo este tiempo.