El problema de Fontiñas está motivado, entre otras razones, porque no hay la Ronda Este, que tendría que constituir uno de los mejores accesos para que un alto porcentaje de la población de Lugo pudiese llegar al hospital sin tener que ir por Fontiñas o por el Paseo do Rato.
Una de las soluciones pasa -como ya en su día propusieron algunas formaciones políticas, como es el caso de Lugonovo- por una reordenación que lleva implícita una difícil decisión, suprimir una fila completa de aparcamientos, la que está más próxima a la mediana en ambos sentidos. Eso acabaría, dicen algunos vecinos de la zona, con el sitio para aparcar 500 coches. Pero proporcionaría una óptima fluidez al tráfico y las escenas de ver ambulancias y otros vehículos de emergencias atascados sin poder moverse ni hacia delante ni tampoco hacia atrás quedarían superadas. Suprimir los aparcamientos generaría, a buen seguro, una oleada de protestas.