Niñas y padres se acercaron al fenómeno Abraham Mateo

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Óscar Cela

El cantante ofreció un concierto en el que desplegó todos sus encantos y su estilo de pop juvenil y meloso

09 oct 2016 . Actualizado a las 14:08 h.

¿Cuál es el misterio para que una niña de 9 años aguarde horas de cola para ver y escuchar en primera línea a un chaval de 18 años? El motivo se llama Abraham Mateo y su atrevido pop meloso lleno de bailes y misterio juvenil que tanto agrada, especialmente a las chicas, y con el que pretende seguir evolucionado para en el siguiente disco «convencer a la gente que no conoce mi música», refiriéndose al público adulto.

El chico tiene tablas. Lleva desde los 10 años en el mundo de la música y a pesar de su juventud sabe de qué va este negocio del espectáculo. Con vaqueros, camiseta negra, chaqueta oscura, zapatillas blancas, cadena larga colgada al cuello y cinta en el pelo entró pasadas las nueve de la noche en el escenario de la Horta do Seminario, donde centenares de niñas y chicas (además de numerosos padres) chillaban cada gesto, cada movimiento, cada palabra de su ídolo. Junto a el un cuarteto de músicos (teclados, bajo, guitarra y batería) y otro de bailarines (dos parejas), que lo acompañaron en un concierto en el que el mismo dijo al inicio: «Voy a dar lo mejor de mí», después de saludar con un «boas noites».

Las fans, con sus móviles y sus tuits instantáneos para sus amigas, saludaron la entrada de Abraham Mateo, que comenzó el espectáculo con la canción que da nombre a su último disco, Are you ready?, todo un ejemplo de su estilo musical; igual que la segunda canción del concierto, Tonight: una mezcla entre Michael Jackson, el reggeaton más actual y el pop chicle, con letras en inglés que le pueden emparentar a Justin Bieber, aunque de momento más educado que el norteamericano.

ÓSCAR CELA

Mateo mostró cercanía con sus seguidoras, a las que no dudó en guiñar ojos, hacer muecas, sonreírles mientras cantaba y bailaba . En todo momento intentó que sus fieles le siguiesen con las palmas, con los coros de voces o con los silencios, como sucedió en dos de sus temas bandera: Señorita (con el que ha batido récords de visualizaciones en Youtube) y Lánzalo, «un himno de paz», como apuntó ayer en Lugo, en recuerdo de los niños que sufren la guerra en Siria.

En la primera fila de los seguidores del concierto estaban sus fans más acérrimas, con pancartas, globos y banderas, varias de ellas de Galicia. Ya más alejado del escenario, hacia la calzada de Ramón Ferreiro, seguían el acontecimiento decenas de padres que querían saber cuál es el misterio por el que sus hijas siguen a este chico gaditano con ganas de seguir triunfando en la música.

Donde 24 horas antes un mito de la música en España, Loquillo, con sus 56 años, volvía a convencer a sus fieles, ayer Abraham Mateo asentaba su futuro artístico. Ya se sabe que el tiempo pone a cada uno en su lugar, pero lo innegable es que mientras en los 80, de donde viene el barcelonés, la música que triunfaba se hacía en un garaje y con todo tipo de estimulantes, hoy se ha convertido en una máquina de hacer fenómenos. Lo que no cambian son los fans. Y este, es el misterio y la magia que siempre acompañará a la música.