En la Fábrica da luz se gastó más de un millón y ahora tiene árboles en el tejado

josé fernández LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

fotos: Alberto lópez

Los gamberros ya comenzaron a romper los cristales del edificio a pedradas

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No es fácil saber cuánto dinero público fue invertido en conservar y rehabilitar la Fábrica da luz, situada a orillas del río Miño, prácticamente enfrente del Club Fluvial de Lugo. Según las cifras que a lo largo de los últimos años fueron facilitando los políticos de turno, hay más de un millón de euros gastados en las instalaciones. Y ahora el inmueble del que es propietario al Concello, ya que no la entregó a la empresa adjudicataria de la concesión, continúa en fase de abandono.

Al proyecto le faltan por invertir sobre 1,7 millones por parte de la empresa Inca, que es la que hará la explotación. Una escollera realizada en el río, con grandes pedruscos, cumpliría ahora perfectamente su función porque ya entra poca agua a través del canal que surtía la fábrica. Es, por tanto, momento idóneo para su limpieza, pero el organismo de cuenca impide cualquier acción, pero la Hidrográfica impide movimientos relacionados con la ataguía levantada.

Las instalaciones municipales comienzan a estar tan deterioradas que, cuando puedan de nuevo volver a estar disponibles, habrá que invertir de nuevo en su arreglo. Además de la maleza que rodea el edificio, e incluso lo supera en algunos puntos, los vándalos ya la tomaron con los cristales de algunas ventanas sobre los cuales fueron lanzados piedras.

El conjunto se encuentra totalmente vallado para impedir la entrada de personas que puedan ocasionar más daños. Pero Inca dice que entran a diario personas.

Diecisiete años de espera por un proyecto que prevé un museo y volver a producir

Las obras de la Fábrica da luz van camino de ser más largas que las de El Escorial. Llevan más de veinte años.

La inauguración oficial fue realizada cuando era alcalde Joaquín García Díez y conselleira Manuela López Besteiro. Eso ocurrió en la primavera de 1999. En ese momento, las autoridades despedían a sesenta jóvenes de una escuela taller que fueron los que adecentaron el edificio. Por aquel entonces, los políticos hablaban de una inversión superior al millón de euros que se gastaron, entre otras cosas, en al recuperación del caneiro.

La vieja turbina Francis, que a principios del siglo XX posibilitó que llegara la luz eléctrica a algunas calles de la capital, quedó abandonada y ahora puede verse partida en pedazos dentro de las instalaciones que deberían servir para un aula y una especie de museo.

Cuando, por fin, lleguen a ejecutarse las obras, la vieja central podría llegar a producir anualmente 1,8 millones de kilovatios hora. La potencia a instalar es de 264 KW.