Lugo es muy injusto con la hostelería cada vez que pasa un Arde Lucus, mientras el propio Ayuntamiento incumple sus ordenanzas fiscales. La 401 dice claramente que el público ha de pagar entrada por todos los espectáculos organizados por el Concello, de forma que se cubra el coste de la actividad. No veo que se cobre entrada en el Arde Lucus más que en el circo, pero claro, eso sería impopular y es mejor, electoralmente, echar a los leones a la hostelería.
Desde que Víctor Hugo caricaturizó al colectivo con los Thénardier es fácil abundar en el cliché ante la pasividad de las asociaciones que dicen defenderlos.
Todos los años surge la interesada polémica de si los bares han de correr con los gastos del Arde Lucus porque es «el colectivo más beneficiado». Aún dando por válida esa discutible aseveración, ya que las tiendas de telas, complementos, calzados y demás ya han hecho caja los meses anteriores mientras que si llueve en las fiestas la hostelería se fastidia, la gente debería ser consciente de varios hechos a valorar antes de opinar.
Tres argumentos
El primero es que los impuestos especiales afortunadamente desaparecieron. Si no fuera así, cuando arreglan su calle usted debería pagar más «porque es el más beneficiado». Afortunadamente esto no ocurre así y se aplica el sentido común: hoy por ti, mañana por mí.
El segundo es que los hosteleros de Lugo ya tienen una presión fiscal tremenda y por ejemplo pagan las terrazas más caras de Galicia, con unas diferencias tan tremendas que por sí mismas son argumento suficiente para no exigirles más colaboración. Y eso que están bonificadas. Por ejemplo, un local que en Lugo paga por su terraza 5.529,95 euros (mientras dure la «generosa bonificación» municipal) en Vigo, ciudad mucho más rentable por su climatología y muchas más razones, pagaría 507,30 euros. No hace falta un gran matemático para explicar que hay una diferencia de 5.022,65 euros. Hay que poner muchos cafés o muchas cañas para ganar 5022,65 euros. Ahí tienen su colaboración con el Arde Lucus.
El tercero, y más importante de todos, es que deberían tener en cuenta que esta gente está trabajando para que ustedes se diviertan. ¡Y cómo trabajan! Le recomendaría que se pusieran tras una barra un fin de semana antes de valorar su función.