José Carlos Bergantiños, el marchante lucense que ganó a los jueces americanos

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

BENITO ORDOÑEZ

El empresario de Parga también se librará de la justicia dominicana porque está enfermo

29 may 2016 . Actualizado a las 09:21 h.

Para José Carlos Bergantiños, el marchante de Parga que conmocionó el mundo del arte de Nueva York con los cuadros falsos que supuestamente coló a prestigiosas galerías, no pintaba bien su futuro judicial. La justicia americana le reclamaba por once cargos y todo parecía apuntar a que España concedería la extradición solicitada. El fiscal consideraba que así debía suceder y, además, no hacía mucho que se había decidido que su hermano Jesús Ángel fuese extraditado. Pero José Carlos ganó la partida a los jueces americanos, que no lo verán el pelo en el banquillo, puesto que un tribunal de la Audiencia Nacional ha dicho que este hombre de Parga, nacido en 1955, puede ser juzgado perfectamente en España, adonde llegaron una buena parte de los beneficios obtenidos por la venta de cuadros que falsificaba un chino en el garaje de su casa.

José Carlos también tiene cuentas pendientes en la República Dominicana, donde es un personaje muy conocido: no en vano fue ejecutivo del Banco Peravia, que acabó quebrando, y está siendo investigado por la fiscalía de ese país en relación con préstamos presuntamente fraudulentos obtenidos de esa corporación bancaria. Pero el de Parga también se libra de una posible extradición a ese país. Si el tribunal de la Audiencia Nacional, que vio la petición de los Estados Unidos, entendió que este lugués presenta un grave proceso neurológico que hace que no pueda viajar con garantías a Nueva York, no va a decidir otro lo contrario en el caso de Santo Domingo.

La Audiencia Nacional entiende que José Carlos ha de ser juzgado en España e incluso establece una serie de pautas. Pero para eso habrá que poner en marcha un nuevo proceso judicial, que puede alargarse hasta el extremo de que el marchante de Parga acabe librándose de todo, después de haber amasado, o eso es lo que creen algunos investigadores, una grandiosa fortuna.

La justicia americana considera que parte de los 33 millones de dólares obtenidos con los cuadros falsos llegaron a España. Entonces, en la Audiencia Nacional consideran que al estar aquí toda la documentación bancaria, podría localizarse el recorrido y rastreo de las transferencias, «que pueden ser prueba fundamental de cara al juicio». Pero aún va más allá el tribunal español que negó esta misma semana su extradición. Señala que las presumibles perjudicadas son dos galerías de arte americanas y, por tanto, «tampoco es excesivamente complicada la toma de declaración porque pueden dejar constancia del eventual fraude de que hubieran sido objeto, a través de videoconferencia, sin necesidad de desplazarse desde su país».

Movimientos por dos millones de dólares en cuentas de Lugo

Dinero de las ventas fraudulentas realizadas en Nueva York llegaba a dos cuentas bancarias abiertas en una oficina de Lugo; una de ellas, por la mexicana Glafira Rosales, que colocó de autorizado al que entonces era su esposo. La justicia americana tiene controlados movimientos en esas dos cuentas por 2 millones.

El primero de ellos fue el 23 de junio de 2010 y consistió en una transferencia de 287.000 dólares; el segundo es del 23 de septiembre de 2011, de 20.000 dólares que van de una cuenta a otra, y por último hay otro movimiento entre cuentas en diciembre del mismo año por un montante de 975.000. En junio de 2009 una galería transfirió a una de las cuentas, 894.309.