Un embajador lucense en el mundo de los criadores de mastín español

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Quiere que Lugo sea la sede en 2017 del certamen que este año se celebró en Villafranca

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tiene cinco perrazos y ayer colaboró en Villafranca del Bierzo en el desarrollo de la cuarta edición del Concurso Monográfico de Mastín Español. Juan Gómez Senra, lucense de Muxa, sueña con conseguir que Lugo sea la sede de la próxima edición del citado certamen. Mientras perfila la intendencia necesaria para ponerse manos a la obra para conseguir su objetivo, cuida de León, Geron, Ministro, Tina y Lúa, sus cinco perros, de los que está orgullosísimo y con los que, por motivos evidentes, se siente segurísimo de que su propiedad no corre riesgo de invasión por visitantes no invitados.

Juan Gómez es un hombre conocido en Lugo por diferentes motivos. A ellos se suma su faceta de criador de perros, de raza mastín español. De los nombres se infiere sin lugar a dudas que tres de sus canes son machos. El ejemplar más joven es la hembra Lúa, de ocho meses.

Gómez Senra empezó a criar mastines por ayudar a su padre a superar la tristeza de la pérdida de un cachorro. Su padre, ya fallecido, estaba en aquel entonces bajo de moral porque un coche había matado a un cachorro al que quería mucho. Viajó a León y de allí se trajo al ejemplar al que bautizó con ese mismo nombre y, después, a Tina. Y allí en León conoció a quien define como su maestro como criador de mastines.

Para el profano en la materia, parece seguro que unos canes con una alzada como estos tienen que comer lo suyo y lo del vecino. Vaya, que seguramente el gasto en alimentación es algo que debe desanimar a quien se plantea la posibilidad de adquirir uno. Gómez Senra reconoce que sí, que «aquí, en Lugo, á xente preocúpalle que coman moito». Pero ya se sabe que, puestos a determinar qué es mucho y qué es poco, todo se vuelve relativo. Senra explica: «Traducido en cartos, cada un deles costa vinte euros ao mes, para darlle un pienso adecuado». Claro que, cuando se necesita sentir la seguridad que da tener unos guardaespaldas que con su sola presencia alejan hasta las malas intenciones, como estos perros de Juan de Muxa, como conocen en Lugo a este criador, lo que menos importa son unos eurillos más o menos. «Son indicados para a garda de casas, e como coidadores de rabaños son o antídoto perfecto contra o ataque do lobo».

Este lucense se muestra muy firme en la defensa de sus convicciones. Eso le ha traído algún problemilla. En el marco de esas disparidades de criterios, muy profundas en algunos casos, sitúa la denuncia que alguien hizo contra él porque, supuestamente, no cuidaba bien a sus perros. La denuncia quedó en nada, una vez comprobado cuál era el estado de los canes.

No son cosa de broma, no, estos mastines, de apariencia tan tranquila que hace que uno sospeche que para la integridad de todos sus miembros conviene que nada la altere. Algún susto, supone el periodista, habrá llevado el criador. Pues no. «¿Sustos eu? Non. Os que se asustan son os que veñen aquí. Teño unha amiga que non quere nin entrar na finca». Cada uno por sí solo impone; juntos, mucho más. «Traballan en equipo. É hai un líder. O xefe era León, pero agora cedeulle o posto a Geron». Viéndolos, no es de extrañar que haya cachorros que llegan a costar 1.500 euros. Quizá alguno participe en el próximo Concurso de Mastín Español. Y quizá sea en Lugo.