La remozada fábrica de la luz, en espera de acoger el museo sobre energía

enrique g. souto texto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

ALBERTO LÓPEZ

Faltan por ejecutar las obras e instalaciones necesarias para que vuelva a generar electricidad

14 may 2016 . Actualizado a las 10:55 h.

La antigua fábrica de la luz de Lugo es una de esas infraestructuras municipales sobre las que se ha escrito más en la última década de lo que se ha rentabilizado lo invertido en ella. Pero, a pesar de todo, es posible que a medio plazo sirva para lo que los sucesivos gobiernos locales socialistas pretendieron que sirviera: para generar electricidad y como un centro didáctico sobre su finalidad industrial. El asunto viene de viejo y ha sufrido notables incidencias a lo largo de los años.

El edificio data de principios del siglo XX. Bajo el mandato del popular Joaquín García Díez se acometieron obras de rehabilitación del edificio y de su entorno, que, por entonces, estaba muy deteriorado. Hay que recordar que García Díez fue primer teniente de alcalde durante el mandato de Tomás Notario y alcalde en el siguiente (1995-1999).

Con la llegada de los socialistas al gobierno municipal, sucesivos equipos de José López Orozco se empeñaron en sacar adelante la citada infraestructura como parte de un proyecto de demostración de energías alternativas. La intervención en la fábrica de la luz se complementaba con el parque de paneles solares de O Ceao, donde fue instalado también un aerogenerador. Este último nunca llegó a servir para el fin previsto; los paneles tienen también una azarosa historia.

Del proyecto de restauración de la fábrica de la luz fue principal impulsora la concejala Eva Real que, a causa de este proyecto, tuvo algún enfrentamiento subido de tono con, entre otros ediles socialistas de entonces, Francisco Liñares.

 Resolución de contrato

Tras no pocas vueltas y algunos informes técnicos que cuestionaba aspectos del proyecto, como fue el caso del firmado por el ya fallecido ingeniero jefe del servicio electromecánico, Antonio Picado, se procedió a la adjudicación, por un lado, de las obras de rehabilitación, y, por otro, de la explotación. Las obras fueron encomendadas a una UTE formada por tres empresas; el Ayuntamiento acaba de acordar resolver el contrato, de cuya ejecución queda alrededor del 1% de la obra por ejecutar.