«Dame dos cervezas, el lunes te las paga mi novia», dijo Ibrahima tras el crimen de Sanfiz

tania taboada LUGO / LA VOZ

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Miércoles, 13. Ibrahima, trasladado a prisión tras declarar ante el juez
Miércoles, 13. Ibrahima, trasladado a prisión tras declarar ante el juez

Doce horas después de ser hallada la joven acuchillada en el coche, el senegalés hacía vida normal y pedía unas bebidas

16 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy se cumple una semana del asesinato de Tatiana Vázquez Abuín. El pasado sábado a primera hora de la mañana fue encontrado el cadáver acuchillado con 56 puñaladas por todo el cuerpo dentro de su Citroén ZX en la urbanización de San Fiz. Un crimen que tiene en vilo y desconcertada a la sociedad lucense debido al hecho en sí y a los numerosos rumores que circulan por su brutalidad.

Y el desconcierto se debe principalmente a la frialdad absoluta con que el senegalés Ibrahima Ndiaye negó tener nada que ver con la muerte de su novia, preguntando incluso al final del interrogatorio ante el juez, qué motivo tenían para enviarlo a la cárcel. Y a medida que pasan las horas y se van conociendo más detalles que cuentan sus colegas y conocidos, ya se sabe que unas doce horas después de haber sido encontrada la joven muerta, el senegalés pidió a un conocido que le diese dos cervezas. Le dijo que el lunes se las pagaría su novia -refiriéndose a Tatiana-, porque él no tenía dinero. Esto ocurrió el sábado a primera hora de la tarde, y el cadáver de Tatiana ya se había encontrado a las nueve de la mañana.

Todos coinciden en sus declaraciones en que Ibrahima estaba muy tranquilo durante el sábado, cuando nadie sabía aún que la joven que había aparecido asesinada era su novia.

Según la versión que dio el propio detenido y ahora encarcelado, la noche del crimen estuvo con Tatiana a primera hora de la madrugada en la pensión, después de que ella llegase de trabajar. Según declaró, mantuvieron relaciones y luego ella se fue en su coche y él salió a dar un paseo. Lo de dar un paseo de madrugada podría encajar en su comportamiento habitual porque ahora ya se conoce que el senegalés era un auténtico personaje nocturno, que salía de la pensión todas las noches y luego se pasaba los días en la habitación. Pero según las pruebas recogidas por la policía, todo apunta a que la noche del crimen supuetamente habría estado con ella en el coche en donde luego se habría producido el crimen, que la autopsia sitió entre las tres y media y las cinco y media de la madrugada del sábado.

Entre la frialdad absoluta del detenido y su falta de colaboración negando los hechos y dando pocos detalles a la policía, el crimen todavía arroja muchas incógnitas, que probablemente quedarán cerradas cuando lleguen definitivamente las pruebas de ADN y otros análisis solicitados por la policía a sus laboratorios.

De todas formas, la gran incógnita sigue siendo el arma del crimen, que todavía no se ha hallado, y también uno de los teléfonos móviles de la joven, que también sigue sin aparecer a pesar de los esfuerzos de los investigadores.

Un juego de llaves de la pensión que tenía la joven, con una curiosa etiqueta: «TeAmo»

Tatiana contaba con un juego de llaves de la pensión en la que se hospedaba Ibrahima desde el pasado mes de marzo. Estas llaves eran necesarias porque la joven frecuentaba a menudo el hospedaje a altas horas de la madrugada cuando salía de trabajar En ese juego de llaves, además del número de habitación, aparecía la siguiente leyenda: «TeAmo». Un detalle con el que no contaba el llavero cuando le fueron entregadas inicialmente, y que habría escrito a mano Tatiana o Ibrahima en los días que tuvo ese juego de llaves en su poder.

Una leyenda quizá premonitoria de la difícil relación que mantenían Tatiana con Ibrahima, al que supuestamente había abandonado en su país viniéndose a España en carnavales para romper la relación. Sin embargo, una relación que revivió -o que se recompuso- cuando él volvió a Lugo el pasado 18 de marzo. Llegó sin un duro, buscó una pensión y posteriormente la buscó a ella para que le pagase el hospedaje y la comida. Y una relación que era percibida de nuevo por su padre como peligrosa, y por eso quiso denunciar al senegalés por malos tratos a su pocos días antes de su asesinato.

Tatiana llevaba en su bolso facturas y recibos de gastos pertenecientes a Ibrahima

Que Ibrahima vivía de Tatiana parece claro. Todo apunta a que la joven le pagaba todos los gastos, tanto de residencia como de alimentación. Es posible incluso que la joven se quedase sin dinero y solicitase pagar algún gasto de Ibrahima el pasado lunes, día 11 de abril, cuando esperaba cobrar, aunque realmente fue asesinada dos días antes.

En el bolso de Tatiana aparecieron recibos y facturas de alimentos y otros gastos pertenecientes al senegalés. Además de la comida que compraba en la cervecería donde trabajaba, también se le encontraron en su bolso tiques de barras de pan, de fiambre, galletas y otros comestibles. La joven incluso frecuentaba alguna tienda 24 horas próxima a la pensión donde se hospedaba Ibrahima para hacer alguna compra. Dado que ella salía de trabajar de madrugada y lo visitaba en la pensión, a veces no tenía más remedio que recurrir a las tiendas 24 horas para poder comprar, ya que el resto del comercio estaba cerrado.