«Lugo es ciudad que invita a reproducir las ideas», escribió Tierno recordando aquellos días en los que España estrenaba democracia y él, con unos pocos leales, buscaba votos para el PSP. El Viejo Profesor se refería a las propias ideas, claro, a las de cada uno. Pero Tierno tenía ideas. Quien no tiene ideas políticas, ni en Lugo es capaz de reproducirlas. Así se explica la creciente velocidad de crucero a la que avanza el Ayuntamiento hacia el desastre. Si el PSOE no encuentra a alguien capaz de asesorar con fundamento al gobierno lucense, cada mes la situación empeorará aún más. Tiene que ser alguien que conozca bien la ciudad y la Casa y que haya gastado algunos años de su vida en la pugna política. Aquí, en las columnas de al lado, queda claro que el Bloque y Lugonovo, los dos partidos que posibilitaron la investidura de la alcaldesa, Lara Méndez, exigen al PSOE salidas al callejón en el que están.
Los servicios del Concello están en situación muy delicada: aguas, electromecánicos, transporte público, Policía Local, etcétera. La política de recursos humanos es inexistente en el Concello. Las empresas eléctricas cortan la luz por impago a los centros municipales, a pesar de que la economía municipal está saneada. Y así un largo etcétera, que incluye el intranquilizador añadido de que, camino de febrero, aún no comenzó el debate del presupuesto anual.
El gobierno actúa como si tuviera mayoría absoluta a pesar de que solo cuenta con 8 de los veinticinco concejales que conforman la corporación. Hay ya quienes sugieren que el PSOE tiene que sopesar la posibilidad de un relevo al frente del Concello. Algunos destellos lanzados desde la oposición parecen apuntar en ese sentido. En medio del gris panorama, en el grupo de gobierno empieza a despuntar la concejala de Economía, Ana Prieto. Pese a su bisoñez política y a la falta de dirección, apunta buenas maneras en el ejercicio del cargo. A Lara Méndez se le agota el tiempo para demostrar que quiere ser la alcaldesa de Lugo, que disfruta siéndolo, que sabe a dónde y cómo quiere llevar Lugo, «ciudad que invita a reproducir las ideas». A quien las tiene, claro.