Vuelta al Ángel Carro, la plaza donde uno debe fortificarse. El equipo lo cumple a rajatabla. Cierto es que la dinámica fuera no es la deseada, pero los lucenses crearon ocasiones como para igualar en Albacete. Si creas y crees, todo llega. La segunda línea, ídem.
Enfrente, el Club Deportivo Tenerife. Según accedes a las tripas del Heliodoro Rodríguez López, una foto te recuerda que un día cercaron una final europea y fueron semifinalistas de la UEFA, concretamente en 1997. Culto al mérito. Respeto al pasado. Hace dos temporadas, ganamos allí. Valorar el triunfo.
El «Tete» compite en su tercera temporada consecutiva en la Liga Adelante. Un rival que destaca por su producción defensiva (ha marcado el doble de goles que el Club Deportivo Lugo), pero es la segunda defensa más batida junto a otros dos competidores y recibiendo en torno a un tercio más que los rojiblancos. Pese al inicio decepcionante, con solo un punto sobre doce, enderezó el rumbo en jornadas correlativas, para encadenar ahora tres empates y una derrota en las cuatro fechas precedentes. Mantiene un bloque y varios jugadores insulares, lo que achica distancia entre grada y césped.
En el verde, el equipo con más pases realizados ante el más efectivo en ataque. Un duelo que se ha convertido en un clásico. Y, lucenses, este hecho es una señal lustrosa.