Desde que dejó de limpiar la Inspección las zonas comunes se instaló cierta anarquía
04 oct 2015 . Actualizado a las 13:24 h.La imagen que ofrece desde hace un tiempo la Casa Sindical es bastante lamentable por la suciedad que acumula. En el edificio en el que tienen su sede UGT, Comisiones Obreras y la CIG, además de la CEL y la Inspección de Trabajo; todavía no constituyeron la comunidad de vecinos, y no hay nadie que tenga asignada la limpieza de las zonas comunes.
Hasta hace no mucho, se encargaba de esta tarea la persona contratada por el organismo de la administración central, que ya lleva varios años instalada en situación provisional. Según algunas fuentes, dejó de realizar esta labor no por iniciativa propia sino porque le comunicaron que no estaba asignada entre los cometidos de su contrato.
Una vez que la Inspección de Trabajo dejó de limpiar las zonas comunes ?el salón de actos, con actividad casi diaria, entre ellas?, el resto de las organizaciones realizaron un reparto. Como las asignaciones no estaban por escrito, un tiempo después ya nadie asumió esta tarea, salvo en ocasiones puntuales en las que la suciedad desborda los límites de lo permisible.
Si la suciedad se acumula en las zonas comunes, donde es más evidente es en la entrada y en el propio salón de actos, del que todavía no retiraron las pintadas con insultos a las organizaciones sindicales. El hueco del elevador de minusválidos está lleno de papeles viejos, que están allí prácticamente desde que lo instalaron en el exterior del inmueble.
Los cristales, además de cubiertos de carteles rasgados, apenas dejan pasar la luz hacia el vestíbulo por la porquería que acumulan. La imagen que ofrece el edificio sindical es la de un inmueble completamente descuidado.
Las pintadas siguen
Las paredes del salón de actos están cubiertas de pintadas desde hace meses, algo que va a ser costoso retirar porque las hicieron sobre un material muy poroso, y no se eliminan ni con la limpieza ni, posiblemente, tampoco con pintura.
En estas dependencias se celebran actos prácticamente a diario y eso también se nota. Para poder usarlo es necesario solicitar autorización, que la puede tramitar cualquiera de los inquilinos.
Hace ya más de un año, después de que el salón de actos hubiera sido durante meses refugio de indigentes porque el edificio quedaba abierto y sin ningún tipo de vigilancia, los inquilinos acordaron instalar una cerradura. Esta medida se aplicó después de robos en algunas dependencias. En concreto, a UGT le sustrajeron varios ordenadores de sus aulas de formación.
Años sin licencia
A finales del año 2003, cuando concluyeron las obras de reforma del edificio, se planteó por primera vez la necesidad de constituir una comunidad de vecinos para el normal funcionamiento del inmueble. En aquellas fechas no se pudo formar porque el edificio carecía de licencia de primera utilización. Siete años más tarde, todavía estaba sin solicitar en el Ayuntamiento de Lugo.
Años después, a finales del 2013, cuando se registraron los robos y trascendió públicamente que el edificio quedaba abierto de noche y que llevaba meses así, volvió a plantearse la necesidad de constituir la comunidad. Tampoco cuajó la idea después de reparar el tejado para eliminar las goteras que inundaban el patio, cuyo uso le corresponde a UGT y que pasó varios años con cubos, que iban en aumento, para recoger el agua que caía del techo.