Los trabajadores de Doal, la filial del grupo Vendex adjudicataria de la ORA en Lugo, son la otra cara de la moneda. «O día 29 [la fecha que tiene de margen la empresa] non sei o que vai pasar, aparte de que nos mandan a todos á calle», lamentaba ayer por la tarde uno de los controladores que a diario recorren el centro de Lugo controlando los tiques que colocan los conductores en el salpicadero de sus coches. Según explicó, responsables de la empresa les comunicaron por la mañana la decisión que había adoptado la alcaldesa. «Pillounos a todos por sopresa», confesó, antes de indicar que eran conscientes de que si el PP accedía a la Alcaldía suspendería el actual servicio de aparcamiento en superficie porque así lo había advertido durante la campaña electoral, pero creían que si el PSOE continuaba al frente sería diferente. «Isto vaille supoñer un gasto tremendo ao Concello, porque imaxino que acabará todo nos xulgados», comentó. Con todo, su mayor preocupación, al igual que la de la mayoría de sus compañeros -según estimó, vigilando la calle hay en torno a una docena-, es quedarse sin trabajo. «Parece que nin dereito a liquidación temos», señaló. El hombre, que prefirió omitir su identidad para evitar más problemas, trabaja en Doal desde hace varios años, pero teme que la futura adjudicataria del servicio no tenga la obligación de contratarlos por subrogación. Vaticinan un «caos»
A juicio de este controlador, cuando la ORA deje de aplicarse, en algunas zonas va a ser «un caos» conseguir aparcar. Puso como ejemplo las calles y avenidas Rafael de Vega, Montero Ríos o Rodríguez Mourelo.