Tras el voto por empresas y plazas

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

El popular Jaime Castiñeira visitó alrededor de cincuenta empresas en la mañana de ayer.
El popular Jaime Castiñeira visitó alrededor de cincuenta empresas en la mañana de ayer.

Los candidatos del PP y del PSOE arriesgan su prestigio político en esta campaña

09 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Para el socialista Orozco, el resultado de las elecciones locales puede cerrar su carrera política con un broche de oro o puede empañar una trayectoria de 16 años al frente del Concello. Para el popular Castiñeira, estas elecciones son el ser o no ser de su carrera municipal; si no consigue la alcaldía probablemente no tendrá otra oportunidad para intentarlo. Por eso Orozco y Castiñeira jugarán duro en esta campaña como lo han hecho durante la precampaña.

El aspirante popular arrancó ayer la campaña propiamente dicha con un maratón de visitas a empresas lucenses, de todo tipo y condición. Desde panaderías a talleres, Jaime Castiñeira expuso sus propuestas y recibió las sugerencias de los lucenses. A lo largo del día, fueron relevándose en el trabajo de escoltar al líder diferentes miembros de la lista.

El socialista Orozco arrancó con el refuerzo de su ex alumno José Blanco, eurodiputado que fue ministro de Fomento y antes diputado y senador. Orozco eligió como marco para su acto principal en la jornada inaugural la plaza de O Cantiño, un rincón de Lugo que cambió radicalmente de cara por la acción de los gobiernos presidido por él. Subido en el pequeño escenario que, como parte del acceso a la Muralla, hay en esta plaza, el candidato socialista explicó sus planes para absorber dinero europeo durante los próximos años. Para ello cuenta con la colaboración decidida de Blanco. El proyecto presentado para el plan Life ha merecido una buena nota en la evaluación inicial, está convencido de que conseguirá recursos también para promover el uso de la bici y para otras muchas cosas. Blanco ejerció de eurodiputado, y lo hizo, claro, como el curtido guerrero socialista que es: cargando contra el principal rival, el PP. Le auguró «un retroceso histórico», «una caída espectacular».