Cuando los 350 euros de una resonancia pueden ser un obstáculo para la salud

Lucía Rey
lucía rey LUGO / LA VOZ

LUGO CIUDAD

La paciente lamenta que tras 27 años cotizados existan «pruebas caras»

17 abr 2015 . Actualizado a las 07:52 h.

Encantada con la «atención excepcional» de celadores, auxiliares, enfermeros y médicos, pero indignada con los recortes que aplican el Sergas en general, y la gerencia del Hospital Universitario Lucus Augusti en particular. Así se encuentra Fina Rubinos, una lucense de 46 años que el martes tuvo que ingresar de urgencia en el HULA tras perder la movilidad en las piernas. «Me quedé sin poder moverlas estando en el sofá», explica la mujer, que sufre una polineuropatía llamada Charcot-Marie-Thoot, y fibromialgia. «Me atendieron rapidísimo, no tuve que esperar nada y enseguida me hicieron placas y un escáner», reconoce. El problema surgió cuando el médico estimó que era precisa una resonancia de urgencia para descartar una lesión en la médula «que pudiese derivar en una operación urgente» para evitar daños irreversibles. «Me dijo: ?A ver si me la aprueban y la podemos hacer, porque ya sabes cómo están las cosas y como es una prueba cara no permiten que se haga así como así?», relató Rubinos, aún con incredulidad. «Le dije al médico que no se preocupase, que tengo un seguro privado, que me pidiese una ambulancia que iba al Ollos Grandes me la hacía y volvía con el resultado, y el pobre se reía. Al final me la hicieron, pero pude quedarme en silla de ruedas en cuestión de minutos porque el HULA restringe las resonancias», denuncia, y se pregunta: «¡Señor gerente del HULA, una resonancia cuesta 350 cochinos euros! ¿Qué tiene que hacer un trabajador de 46 años que lleva cotizando a la Seguridad Social desde los 19 para que le hagan una cuando lo necesita?».

Presentará una reclamación

Afirma que mucha gente no se atreve a protestar. «Si todos hiciésemos reclamaciones, todo sería diferente», señala Rubinos, que continúa ingresada sin poder moverse. Ayer le hicieron una electromiografía.

fina rubinos lucense de 46 años ingresada tras perder la movilidad en las piernas