Emigrantes de Lugo temen el cierre del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires

Lucía Rey
lucía rey LUGO / LA VOZ

LUGO

AGUSTÍN BOTTINELLI

El gasto se dispara al tener menos socios y más envejecidos

25 feb 2015 . Actualizado a las 10:21 h.

Emigrantes de Lugo que viven en Argentina temen el cierre del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires. En varios mensajes enviados al perfil de Facebook de la delegación de Lugo de La Voz indican que el sanatorio de la institución, que fue fundada en el año 1907 y es un emblema para la colectividad gallega, ha reducido de manera considerable su cartera de servicios, y señalan que el gasto sanitario se dispara porque cada vez hay menos socios y los que quedan están más envejecidos. «Desde hace tiempo hay rumores de que va a desaparecer por la crisis económica que arrastra desde hace años», apuntan fuentes que precisan que el hospital funciona «como una clínica privada», atendiendo sobre todo a gallegos de origen y descendientes que pagan una cuota. Según la web del centro bonaerense, el hospital dispone de 28.000 metros cuadrados y tiene capacidad para 370 pacientes ingresados, además de seis quirófanos, dos salas de maternidad, una de partos, laboratorio, farmacia o más de sesenta consultorios distribuidos en más de cuarenta especialidades médicas. Comentan que la farmacia está desabastecida o que hay menos intervenciones quirúrgicas.

«Un pedacito de su tierra»

«El Centro Gallego de Buenos Aires es el fiel reflejo de lo que ha sido la emigración gallega. Para los gallegos ese hospital era un pedacito de su tierra, donde se encontraba uno de Ourense con uno de Lugo... Imagina las charlas que se montaban en los pasillos», comenta una directiva de Rioplatenses en Lugo, Ana María Bereciartúa. La Xunta contribuyó durante años a la sostenibilidad del centro con ayudas a través de la Fundación Galicia Saúde, actualmente extinguida; si bien, la gestión de la institución ha sido puesta en entredicho muchas veces.

«Para los gallegos emigrados era como una cuestión de honor sostener el Centro Gallego»Ana María Bereciartúa